20.8 C
Honduras
domingo, mayo 19, 2024

Política sin políticos

No se puede denigrar el ejercicio de la democracia ya que es el sistema más humano, o, si algunos otros prefieren (que gracias a Dios solo son una minoría bulliciosa) es el sistema “menos peor” si lo comparamos con otros. Desde el reinicio de este modo de gobierno, antecedidos por los militares que daban golpe tras golpe, y el apenas asomado Ramón Ernesto Cruz, el cual recibió golpe de estado de parte de Oswaldo López Arellano y que también este mismo militar hiciera igual con otro Ramón, el “Pajarito” Villeda Morales. Desde inicios de la década de los 80 hemos tenido democracia, pero muy débil, con algunos chispazos de lucidez a lo largo de este periodo hasta el presente.

Precisamente la debilidad radica en la falta de visión, solo contando con el liderazgo electoral del momento, pero, con el paso de los meses y años, esos mismos que sufragaron en favor de tal o cual presidente y sus fórmulas “en plancha”, simplemente han sido decepcionados una y otra vez. Aparte de eso, no tener la sapiencia y más que poses ampulosas y decires teatrales propuestos con la infalibilidad supuesta que da el poder. Es por ello que nuestra democracia sigue en su curso de crisis.

Muchas instituciones de nuestro Gobierno son disfuncionales y están empeorando, aparte de ser innecesarias quizá para dar cargos que “adornen” ante quién sabe qué mano oculta y justificar el ejercicio administrativo. Debemos tomar en serio desde las bases de los sistemas educativos, a los niños, jóvenes y en enseñarles cómo es que funciona Honduras y hacer que ellos vean la comprensión colectiva de la realidad. Nuestra política se ha vuelto alarmantemente amarga; la injusticia está enriqueciendo a unos y dejando atrás a muchos otros. Precisamente el compromiso es del sistema educativo para sentar las bases para explorar el pasado, el presente y el futuro de la democracia hondureña: contará de nuestros problemas, considerará sus implicaciones e inspeccionará las soluciones propuestas muy a pesar y debemos asumir que nuestra democracia nunca ha estado exenta de profundos defectos, no puede darse por sentado que solo es de ir a votar sin apenas haber aprendido a elegir, que nos es lo mismo. Y, sin embargo, instituciones, movimientos, pensadores y ciudadanos —innumerables ciudadanos, de todo tipo— han mostrado su determinación de preservar lo que es vital y necesario para una sociedad liberal democrática. Esperamos que Honduras se una, mientras aprendemos cómo funciona nuestra democracia y cómo hacerla más más fuerte, más justa, más receptiva y más equitativa.

Es un llamado de atención muy intenso ya que, si los que se autodenominan políticos (que, por cierto, no lo son), que se cobijan bajo la legalidad del voto, siguen fracasando metiendo al pueblo en la olla de presión de las payasadas de golpes de Estado y otras barbaridades dichas por los adláteres de siempre; simplemente otros, oportunistas, incluso poderes políticos ocultos podrán capturar nuestra democracia y eso es algo que lamentaremos muchísimo. Ya es hora de ponernos serios a trabajar y olvidarnos de venganzas, ya que ninguna herida se cura con otra herida.

EditorialPolítica sin políticos

Hoy en Deportes