Nadie nunca ha ganado una discusión sobre ningún tema, eso es una verdad que no se puede negar. Especialmente sobre: Deportes (particularmente fútbol), política o religión. No importa quién tenga la razón, tampoco los mejores argumentos válidos; nadie cambia de opinión aunque se le presente la verdad resplandeciente.
Para quien lo dude, me puede decir alguien quién va a ser convencido de que ¿Cristiano Ronaldo es mejor que Messi o viceversa? Todos los balones de oro, todos los campeonatos ganados, todos los goles metidos por parte de cualquiera de los dos no hará -jamás- cambiar de opinión a nadie.
Lo mismo sucede con el Barsa y el Realma, aparte de los jugadores que se mueven de equipo en equipo de acuerdo al monto de los contratos, nadie cambia nunca.
¿Un Olimpia volverse Motagua? ¿Dónde se ha visto? ¡Jamás! En política ocurre lo mismo, aunque ahí el asunto es más personal.
El pueblo (todos los pueblos) siguen al líder de su elección, el más guapo, el más carismático (o el que mejor les paga). Lo seguirán hasta el final, aunque se mude de partido. No es el color del partido lo que sigue la gente, es al líder.
¿Por qué el Partido Republicano de los USA no dejó a Trump cuando empezó a decir estupideces, a insultar a todo mundo o a demostrar ignorancia? Porque en una mano tenía el reglamento del Partido Republicano y sobre la cabeza una gorra que dice MAGA (Make America Great AgainHagamos a los USA grande de nuevo).
Si lo expulsan del Partido Republicano sin duda lo hubiera dividido para siempre fundando su propio partido (MAGA), algo parecido cuando el Partido Liberal parió a Libre.
Por esa razón le han aguantado todo. En religión la cosa es igual. Usted le puede demostrar con pruebas científicas que muchas de las cosas que dice el Corán (libro sagrado del Islam) son falsas e imposibles.
¿Qué puede conseguir con eso? Nada. Jamás lo aceptará nadie. Lo que se puede buscar es que le pongan una bomba o lo maten de cualquier manera.
¿Mahoma voló en un caballo alado en una sola noche por todo el Sistema Solar? Eso es algo que la simple lógica -y la imposibilidad científica- deberían servir para convencer a cualquiera. Pero no, no se puede convencer a nadie.
Un espíritu (Dios) embarazó a una virgen (María) para que tuviera un hijo (Cristo), que a su vez es el mismo Dios que la preñó. Aparte de que es un enredo, cómo el padre puede ser también el hijo. No hay forma de entenderlo, excepto por la fe que llega al fanatismo.
Pero a ninguno de los que creen en esa fe se le puede convencer de la falta de lógica, no hay manera. ¿Para qué un Dios que hizo al ser humano de lodo necesitaba “un vientre ajeno”? como hacen algunas mujeres en la actualidad cuando tienen problema de salud con su cuerpo o no quieren perder “la línea”.
Es lo mismo que Mahoma y su caballo o el antiguo Dios Mitra resucitando a los tres días de su muerte. O Zeus lanzando rayos por aquí y por allá cuando se le subía la bilirrubina. Los griegos creían en eso y nadie podía convencerlos de lo contrario.
No es conveniente enfrascarse en discusiones estériles. Lo he escrito muchas veces, no tratemos de convencer a nadie de que la Tierra es redonda. El que cree que es plana (más de 250 mil personas) seguirá creyendo en eso, aunque lo suban en una nave espacial y vuelen por toda la redondez del planeta.
Hubo uno de esos fanáticos locos que construyó algo para volar por su cuenta y comprobar que era plana… se mató en el intento. (Mike Hughes, conocido como el “Loco Mike”, por obvias razones, el 22 de febrero 2020). Nadie pudo convencerlo de su locura.
Es más, algunos amigos ayudaron financieramente a construir su nave que costó $18 mil (hablando de locos).
Un famoso cantante -muy bueno, por cierto- llamado Robie Williams, dejó su exitosa carrera para dedicarse a la búsqueda de extraterrestres (¿qué clase habrá fumado? Seguramente verde).
Nadie lo pudo convencer de que no lo hiciera, ni su madre, hermanos, novia o asociados. Ninguna discusión lo pudo convencer (perdió millones).
¿Que si yo creo algunas cosas sobre las cuales nada me hará cambiar? ¡Desde luego! Una de ellas es NO DISCUTIR.
A lo largo de la vida he comprobado que de nada sirve gastar energía, tiempo y hasta -en algunos casos- perder amigos. Usted, ¿todavía discute o ya entró en el grupo llamado (no oficialmente) “Serenidad ahora”?