En un insólito caso que ha despertado debate sobre los límites del uso de la inteligencia artificial en la vida cotidiana, una mujer solicitó el divorcio tras recibir una supuesta revelación de infidelidad por parte de ChatGPT, luego de pedirle que interpretara la taza de café de su esposo.
Según declaraciones del hombre afectado, su esposa le mostró a la herramienta de inteligencia artificial una imagen de la taza de café que él había usado, solicitando que «leyera» los restos en el fondo al estilo de una lectura de borra de café.
La IA, en un ejercicio de interpretación no científica, habría sugerido que el hombre la estaba engañando con una mujer más joven.
«Mi esposa dio por sentadas las conclusiones de la inteligencia artificial al ver ese resultado. Por desgracia, me pidió que abandonara la casa y les explicó a nuestros hijos que nos íbamos a divorciar», relató el esposo, visiblemente afectado.
La pareja llevaba 12 años de matrimonio y tiene dos hijos en común.
El hombre esperó que su esposa reconsiderara, pero días después recibió la notificación formal de la demanda de separación.
Su abogado calificó la situación como «absurda», y lamentó que se presentara un proceso legal basado en una supuesta interpretación sin ningún tipo de validez real.
“No puedo creer que una persona que cría hijos tome decisiones tan drásticas por algo que una inteligencia artificial le dijo que hiciera”, expresó el abogado.
El caso ha generado una oleada de comentarios en redes sociales y entre expertos legales, que advierten sobre los peligros de interpretar literalmente respuestas generadas por inteligencia artificial, especialmente cuando se usan en contextos emocionales o personales.
Desde OpenAI, empresa responsable de ChatGPT, se ha reiterado en diversas ocasiones que el sistema no tiene habilidades de clarividencia, ni puede confirmar hechos de la vida real sin evidencia verificable.
La compañía subraya que los usuarios deben ejercer juicio crítico y no tomar decisiones importantes exclusivamente en función de las respuestas del modelo.
Este curioso y polémico episodio deja abierta una reflexión profunda sobre los nuevos desafíos que plantea la IA en el ámbito de las relaciones humanas y la necesidad de comprender sus límites.