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jueves, abril 25, 2024

Migración y mestizaje de Gonzalo de Guerrero: “El Renegado”

Nació en Huelva, España, sobre el año 1470 y muere en Puerto Caballos, Honduras, en 1536. Cuenta la historia que la juventud de Gonzalo transcurrió en Palos de la Frontera, donde a temprana edad se enroló en el ejército como arcabucero, para participar en la conquista de Granada bajo las órdenes de Gonzalo Fernández de Córdoba, que consiguió la rendición de Boabdil de Granada, poniendo fin a ocho siglos de presencia árabe en la península ibérica en enero de 1492.

En 1510 emigra a América para iniciar su actividad como conquistador, acompañando a Vasco Núñez de Balboa siendo partícipe de la fundación de la Santa María La Antigua, del Darién (actual Nicaragua). El 15 de agosto de 1511, se embarca en una nueva expedición acompañando a Juan de Valdivia naufragando frente a las costas de Yucatán (actual México) en un lugar conocido como Los Bajos de Las Víboras. De aquella embarcación únicamente sobrevivieron ocho personas, entre otros, Gonzalo de Guerrero y Jerónimo de Aguilar.

Como relataría más tarde este último, la tripulación de Valdivia y Guerrero se encontró en un primer momento con “los cocomes” “un grupo maya violento” que primero los rescataron, luego los sometieron y posteriormente los hicieron esclavos. Jerónimo de Aguilar sería rescatado años después por Hernán Cortés, pero, Gonzalo de Guerrero permanecería con los mayas hasta su muerte, en fecha ya indicada.
Gonzalo Guerrero pasaría a ser propiedad del jefe indio Taxmar, del grupo maya Tutul Xiu (los que rebosan de virtud), viviendo la mayor parte del tiempo en el área de Playa del Carmen, en México. Taxmar, al cabo de un tiempo, procedió a regalar al guerrero español al sabio Na Chan Can, cacique de los cheles en la ciudad de Ichpaatún, al norte de la Bahía de Chetumal, quien, a su vez, lo regalaría a su Nacom Balam (jefe de guerreros). Balam trataba con cuidado a Guerrero, hasta que un día, al atravesar un río, éste fue atacado por un caimán y Gonzalo Guerrero salvó la vida de su amo, quien, como recompensa, le otorgaría la libertad.

Guerrero, una vez libre, procedió a sumergirse en la cultura maya, formó una familia con una princesa Llamada Ixchel Can, hija de Na Chan. Procreó hijos con ella y formaría parte de los ejércitos mayas. Por su experiencia guerrera fue bien visto por los mayas en donde se le valoraba por los conocimientos de guerra desconocidos por aquellos nativos. Guerrero llevaría escoriaciones en la cara, perforaciones en las orejas, tatuajes y se convirtió en un guerrero maya y lucharía junto a ellos hasta el final.

En el año de 1519 desembarca en Cozumel Hernán Cortés quien, al enterarse que hay españoles en tierra, decide enviar mensajeros para ofrecer su rescate, y entra en contacto con Jerónimo de Aguilar a quien rescata en un primer momento y trata de hacer lo mismo con Gonzalo Guerrero, pero, éste responde lo siguiente, según un relato de Bernal Díaz del Castillo en historia verdadera de la conquista de nueva España… respondió el Guerrero: “Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos. Tiénenme por cacique y capitán, cuando hay guerras, la cara tengo labrada, y horadadas las orejas, ¿qué dirán de mí esos españoles, si me ven ir de este modo? Idos vos con Dios, que ya veis que estos mis hijitos son bonitos, y dadme por vida vuestra de esas cuentas verdes que traéis, para darles, y diré que mis hermanos me las envían de mi tierra”.

La princesa con la que Guerrero estaba casado escuchaba la conversación con Jerónimo de Aguilar, y enojada con él dijo: “Mirad con lo que viene este esclavo á llamar á mi marido, y que se fuese en mala hora, y no cuidase de más. Hizo de nuevo instancia Aguilar con el Guerrero, para que se fuese con él, diciéndole que se acordase era cristiano y que por una india no perdiese el alma, que, si por la mujer e hijos lo hacían que los llevase consigo, si tanto sentía él dejarlos. No aprovechó tan santa amonestación, para que el Gonzalo Guerrero fuese con Gerónimo de Aguilar, que viéndole resuelto en quedarse, se fue con los dos indios de Cozumel (Cuzamil) al paraje, donde quedó el navío.

Durante los años siguientes, los españoles tuvieron conocimiento que, Guerrero se dedicó a entrenar a los mayas para defender aquel territorio, y cuando Francisco de Montejo, en mayo de 1527, cruza el Atlántico con 380 soldados en cuatro navíos, encontró seria oposición para conquistar Yucatán. Guerrero combatió a los conquistadores Montejo (padre e hijo) y a su capitán Dávila instruyó a sus guerreros en el arte de la guerra, aconsejó no dar tregua nunca “ni fiarse de los blancos”, protegiendo aquel territorio siempre.

Guerrero muere en 1536 cuando ofrecía apoyo, con cincuenta canoas, a Cicumba, cacique tolupán del poblado de Ticamaya (hoy Honduras), en el valle del río Ulúa.​ Combatiendo contra las tropas del capitán Lorenzo de Godoy, una flecha de ballesta le partió el ombligo en dos y le atravesó hasta el costado, después sería rematado por un disparo de arcabuz. Este fue el final de Gonzalo Guerrero en Puerto de Caballos, Honduras, este hecho quedó relatado en notas del Gobernador de Honduras, Andrés de Cerezeda, el 14 de agosto de 1536. Migrante, guerrero y padre del mestizaje, este “renegado” luchó por su gente hasta el final.

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