“El socialismo, que presume de juventud, es un viejo parricida. Él es quien ha matado siempre a su madre, la República, y a la Libertad, su hermana”. Honoré de Balzac.
Como decimos ‘porái’, se les ahumó el ayote, les salió cachiflín, y nada peor que quedarse sin María y sin el retrato. Pobre hombre, minúsculo aprendiz de dictadorzuelo, pobre doñita, pretenciosa imitadora de la protectora de los descamisados, el profe se engolosinó demasiado con el banquete sabroso del poder y ahí están los resultados con el previo recuento de 51 toques de balón en off side. Más al oriente, en aquellas tierras de Martín Fierro, de los asados con fogatas campestres al aire libre entre gauchos y caballos, con una guitarra vibrando con melancólicos acordes quizá a la luz de la Luna y las estrellas, allí también agarraron a la ‘neo Evita’ con todo y sus relojes caros y latas pesadas con otras 51 –también- gambetas en terreno prohibido. Casualidad que 51 allá y otros 51 acullá. Factor común, número primo, solo divisible entre sí mismo y la unidad, número impar, ¡qué curioso!
Parece que es un efecto dominó, azuzado por las ambiciones desmedidas y las presiones venidas de los más radicales desde el cuartel general habanero hicieron tropezar a esta mancuerna, y que no es de chiste tomar los recaudos del caso, porque esos son como un tsunami, lo que sucede allá, repercute acá. Por cierto, nuestros próceres se dispararon en el pie condenando la intentona (sin leer –aparentemente- bien las noticias) condenando el golpe de Estado cuando el profe golpista es uno de sus propios kamaradas, como diría don Mario Moreno, “pura falta de ignorancia”, ah, y también condenando al Tribunal Oral Federal (TOF) de Argentina, vea usted, los patos les disparan a las escopetas. Eso es lo que se anda buscando en las tierras del rebelde Lempira, lanzar el globo sonda, para saber hasta dónde llega el compromiso moral por las eventuales y seguras muertes, y esas manos manchadas de sangre jamás quedarán impunes delante del Supremo Tribunal, el del Mero Mero.
Ah profe, ya a partir de ahorita comenzó el olvido para este hombrecito de ala ancha y medio ‘lao’. Ya ahora sus compinches le dirán “si te vi no me acuerdo”, le darán la espalda y buscarán reemplazo que, seguramente, incluso ya está listo, ansioso, revuelto, inquieto y deseoso de salir en pos del premio, como cachorro cuando abren el portón de la casa y sale disparado hacia la calle. Así de absurdos son.
No se olvide que el profe llegó allí enarbolando la bandera de tonto, pero solo tiró la bandera. Esa es la imagen que proyectan, sepa usted vacunarse, que cada vez que dicen algo la intención es que la plebe los vea como retrasados e ignorantes, ¡pero cuidado!, es un engaño. Así es como llegan, se acomodan, se pegan como pico de borracho en botella de guaro, y después nada ni nadie los puede sacar de allí, solo es de ir a buscar un cartucho de pinol en la patria de Darío y cuando llegue, pregunte usted por el matrimonio aquél.
Mal alumno el profe, le dio arrebato y embeleso, no era el indicado, se lamentarán los termocéfalos, la regó este y aquella otra también. Ahora van a saltar los sapos de siempre justificando ese atentado contra la misma humanidad, con el peor crimen de todos los crímenes, mal alumno los cipotes esos, un castigo ejemplar es lo que menos merecen, ese y todo aquel que siquiera piense en hacer cosa parecida, ya es la desesperación lo que los obliga a cometer errores tan de papos.
Ing. Carlos Mata
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