“La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde”. Miguel de Cervantes.
Apegados al derecho que cada quien tiene a pensar, sentir, amar y querer (aunque amar y querer no es lo mismo, según José José) las ideas, pensamientos y hasta líneas, se respeta lo que cada quien haga y hasta de sus ocurrencias. Pues, resulta que en estos tiempos de incertidumbre en nuestra más que bella Honduras, hemos visto cómo el Jinete sin Cabeza, en tremendo periplo en cómoda máquina voladora que en su momento dícese que sería vendida, se fue a zampar a la tierra de las pupusas y volcanes, y ya está levantando raspaduras, ronchas, ampollas y hasta pústulas en la opinión pública.
Guardando las distancias, el anfitrión y su amada esposa quedaban viéndoles de reojo, con pujidos contenidos, con desconfianza y lo más cómico es que se lleva a su mocoso retoño (como escudero) a “codearse” para que lo vaya conociendo el mundo como el futuro proyecto político de la ñurdería blasfema, atea e irrespetuosa. Y es que aquel caballero de la tierra de los pipiles no daba crédito a lo que sucedía, oyendo los aullidos de sirena, pero con el aplomo que le daba su mejor parte, su esposa, la sabiduría que le transmitieron sus ancestros y la inteligencia demostrada seguro no va a caer en la trampa de pisar nuestra tierra a causa de una sospechosa invitación.
En burda imitación de su comandante supremo, anda ofreciendo lo que puede para engolosinar a sus interlocutores y así crear expectativas y hacer caer en la telaraña de los más que demostrados sátrapas del inmenso jardín que es América. Vaya manera de hacer política, aventar billetes a la garduña, eso según los amigos que lavan carros atrás del Sula, ellos no me dejan mentir. Aquel señor está haciendo lo propio en su país, metiendo criminales a las cárceles y éste le despotricó diciéndole fascista, totalitario, represor y otros epítetos y ahora se va a reflejarse como hipócrita y habiendo entrado hasta un saloncito de bocadillos y no al salón del retrato del Óscar Romero, el Santo de las Américas, pasó desapercibido y ni eco oficial ha recibido.
El verdadero eco lo ha recibido el presidente de aquel país, de su mismo pueblo, sus asesores saben del terrible y temible lío en lo que se va a meter si deja entrar esas aguas nauseabundas a su casa, ya que en la nuestra prometieron, supieron despertar expectativas a un pueblo bueno, noble, nada malicioso y le endosaron ahora situaciones peores que la que ellos mismos denunciaban solo para ganar popularidad. ¡Y lo hicieron muy bien!
Si pudiera recomendarle al líder recién visitado por la ignominia, que se abstenga de esa invitación, aunque no soy quién para aconsejarle, pero al menos que se sepa que desde aquí alguien se lo advirtió. Siga en su empeño liberador, siga dándole a su país el bienestar y la prosperidad a la que todos los pueblos del mundo aspiramos. Mientras que al Jinete sin Cabeza le digo (y aquí sí soy quién) que deje ya de soñar y andar por ahí de coqueto, sus ideas ñurdas no las quiere aquí nadie, excepto una poquitera bulliciosa que todavía cree en Marx, Stalin, Lenin, Mao y sus métodos. Además, debe saber que está rodeado de muchos judas y no va a saber después para dónde agarrar. Ahí ni su escudero va a ser su salvador. ¡Sí señooor!
Ing. Carlos Mata
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