Si usted es una persona muy confiada o débil de carácter, probablemente ya ha caído alguna vez (o sigue) en las garras de un manipulador emocional.
No es tan difícil distinguir a estas personas que cuando encuentran la oportunidad de aprovecharse, la toman sin pensárselo mucho. Para comenzar, tienen un gran talento para la mentira, tanto que se termina creyendo que es uno quien imaginó que dijo aquello que él (o ella) ahora dice que nunca dijo. Así vienen y van por la vida prometiendo cosas que jamás cumplirán porque “nunca prometieron que harían nada”. Se sienten muy a gusto victimizándose, causando la lástima ajena, llamando la atención y provocando la lástima de la gente. Las redes sociales están repletas de ellos, seguro que ya lo hemos notado. Y bueno, se me viene a la mente Glenn Close y su impecable actuación en Atracción Fatal donde le hace la vida imposible al ingenuo personaje interpretado por Michael Douglas.
Además, muy rara vez se responsabiliza por nada. Siempre, siempre la culpa es de cualquiera menos del manipulador. Un demagogo nato. No existe coherencia entre lo que dice y lo que hace, ninguna.
Si usted presta atención se dará cuenta de que estas personas son muy astutas y que, por ejemplo, comparten cosas personales e incluso muy íntimas, muy pronto, esperando que la otra persona haga lo mismo, fingen sensibilidad y empatía ante las debilidades ajenas, debilidades que luego usarán contra el incauto de turno.
Los manipuladores emocionales son un estuche de monerías; fingen dar apoyo para hacer sentir a los demás en deuda, enfatizando “las dificultades” que pasan por su causa. Ah porque, sus problemas y desafíos siempre serán más grandes y serios que los que enfrentan los demás.
¿Le son familiares estas características? Perfecto entonces.
Una vez desenmascarado este oportunista controlador que tenemos rondando a nuestro alrededor, seguramente tocará tomar cartas en el asunto. Para comenzar sería interesante ver y reparar en tres cuestiones:
Si tal vez la conducta irracional de un manipulador es dañina de alguna manera para usted.
Si acaso usted se siente cómodo siendo manipulado. O, si acaso el manipulador, controlador, oportunista… es usted.
