No es fácil el negocio del entretenimiento, los grandes artistas del entretenimiento alrededor del mundo son seres dotados de dones especiales y de sensibilidad única. Eso nos trae a la memoria la lectura del poema de Juan de Dios Peza, “Garrik”, el mejor y más gracioso payaso cuando fue a la consulta médica y el facultativo se llevó tremenda sorpresa. Podemos ver también con detenimiento de un caso más reciente, cuando el reconocido como la mejor voz –según los críticos y especialistas- en la historia del rock como lo fue Freddie Mercury de la banda Queen, quien, a pesar de su estado de salud a causa del HIV, se convirtió en leyenda en un recital que ofreció en el Estadio de Wembley en un evento llamado Live Aid, en 1985, para recaudar fondos contra el hambre en África.
Cada artista, deportista, o cualquiera que deba entregar un trabajo en el plano del entretenimiento sabe que, a pesar del estado de ánimo, el espectáculo debe continuar y se debe sacar adelante, por la misma sensibilidad de cada quien, el compromiso es más consigo mismo. En Honduras tenemos excelentes baluartes en el campo del entretenimiento, con carisma y naturalidad para realizar su papel. Lástima que no existe una industria fuerte para apoyarles y proyectarles más allá de nuestras fronteras. Sin embargo, son muchos y nombrar a uno solo sería irrespetar a los demás, y vaya para todos ellos, pues, sin excepción, nuestras muestras de admiración y respeto.
De ahí que nuestros empresarios no se han dado por enterados de esta veta inmensa de creación de riqueza material, que, apoyando al escritor, al poeta, al deportista (no solo del fútbol), al actor, simplemente se transforma al país entero dando opciones mucho mejores de lo que pueda venir del extranjero, lo cual tampoco decimos que sea malo, pero el hondureño en promedio podrá tener más y mejores opciones, cada quien con su gusto.
En Honduras, la industria que más ha florecido es la del fútbol, lo mismo que en todo el mundo, ya que para pueblos como el nuestro, sale más fácil para entretener a la juventud con apenas un balón para que se desarrollen 22 personas dentro de un área de juego con observancia de las reglas. Bueno, pero de allí se debe ver con seriedad por todas –en este caso- las implicaciones que tiene, desde las deportivas hasta las judiciales con cada país. Esto lleva incluida a la afición. Hemos dado tantos giros para llegar a este punto para tener cuidado con las pasiones desbordadas y los detonantes para la violencia como en repetidas ocasiones se ha dado y que se ha reseñado ampliamente.
No es un rubro fácil, más cuando la sociedad no ha abierto los ojos ante la sensibilidad de la belleza expresada por medio del arte y aunque nos regale momentos de alegría, risas, es algo muy serio y además rentable, aunque esto último llega por añadidura.