Por Enrique Zaldívar
2050 Comunicaciones
Prepárese para algunas ideas muy diferentes que lo dejarán pensativo, como me ocurrió a mí la noche que escuché estos conceptos, los cuales abren razón al porqué del comportamiento de muchas personas que, al interactuar con ellos, uno se pregunta ¿por qué actúan así?
Este fin de semana tuve la gran oportunidad de sentarme nuevamente como un aprendiz más en La Cumbre Global de Liderazgo, la cual siempre tiene un menú interesantísimo para todos los que nos apasiona este tema.
Una de las charlas hablaba sobre las conversaciones “superficiales” que muchas veces tenemos y la manera en que podemos convertirlas en pláticas profundas que conecten de manera más eficiente a las personas con las que nos relacionamos.
Dentro de ellas habla de los tres relatos internos que todas las personas tenemos (sí, todos lo tenemos). Todos tenemos una “versión mental de los hechos” de lo que nos ha ocurrido a lo largo de nuestra vida.
No confundir estos tres relatos con el triángulo de manipulación de “Karpman”, que es una misma persona actuando como héroe, víctima y perseguidor.
Hablo de que la manera en que nuestro entorno nos enseñó a ver lo que nos ha ocurrido, y eso nos ayuda a ver con una mejor óptica nuestro futuro. Me explico: hay quienes ven su vida con una óptica de “héroes”.
Es decir, ellos se sienten triunfadores ante las adversidades que han pasado. Y, pase lo que pase, saben que saldrán adelante y podrán sobreponerse a cualquier evento futuro. Estas personas son fuertes y optimistas, y muchas veces el hecho de sentirse con esos “súper poderes” ante la adversidad, son mucho más valientes y optimistas a los grandes riesgos.
Por otra parte, está el que su relato interno es de sanador. Ellos sienten que han alcanzado un nivel mucho mayor, tanto como para poder ayudar a otros (esto es lo que todos deberíamos buscar) estas personas, son las que hacen funcionar los voluntariados, iglesias, ONG, ya que pudieron solventar crisis tan enormes que se sienten en necesidad de ayudar a otros. Muchas veces son gente agotada también, pues ya se imagina las necesidades que tenemos.
Y la última es vivir viendo su vida con los ojos de víctima. Estas son personas que para ellos la vida en serio la ha agarrado con ello. Aunque hayan vivido lapsos de éxito o de cosas buenas, para ellos todo es y seguirá siendo un eterno “Vía Crucis” pues es la óptica con que ven las cosas. El problema de verlo así, es que muchas veces son personas que viven en temor, no prueban cosas nuevas y considerar que, por alguna razón superior, hagan lo que hagan terminará mal.
Pero esto no es lo que me hizo salir tan pensativo y entusiasta ¡es saber que podemos cambiar ese relato! Es decir, reconocer y soltar ese mal relato interno que por años nos han dado.
Muchas veces hemos vivido con etiquetas de fracasados o de “buenos para nada” y eso nos hace crecer con el relato interno de que nacimos para ser víctimas ¡pero podemos cambiarlo!
La mente humana es tan maravillosa que, si nosotros tenemos cambios en la manera de pensar, ¡algo nuevo puede surgir en nosotros! ¿Cómo lo ven las personas a usted? ¿Sienten que es un “héroe” que todo lo puede? ¿Un sanador que busca siempre cubrir las heridas de otros? ¡O una víctima!
Si es el último, hay trabajo por hacer, ¡pero se puede hacer! Es la maravilla de ser un aprendiz. Que podemos primero desaprender, para luego volver a aprender. ¡Inténtelo!
