Al iniciar un nuevo año es costumbre para muchos de nosotros hacer un balance sobre las metas alcanzadas a nivel personal y profesional con el año anterior. Esta práctica nos ayuda a poder planificar de una manera más realista, pero sin perder la ilusión que cada nuevo día es un regalo, una oportunidad de alcanzar lo que anhelamos.
Indudablemente, hay muchos aspectos de nuestro entorno que no podemos controlar que están más allá de nuestras posibilidades como individuos. No tenemos certeza si cumpliremos todas las metas que nos tracemos, por eso es una buena práctica escribir los puntos más relevantes de lo que queremos lograr. Si alguien está estudiando seguro que unos de sus deseos será aprobar el año, para ello se requiere que cada día estudie, haga sus deberes, sea una persona con mucha curiosidad por aprender.
Si alguien desea emprender y nunca lo ha hecho, debe conocer bien en qué quiere invertir, los pros y contras, tener un plan de negocios que lo guíe y le permita alcanzar las metas financieras para la sostenibilidad del negocio.
Muchas cosas bonitas se pueden lograr en 2024, pero muchas veces la negatividad acumulada por los fracasos anteriores aniquila el optimismo tan necesario para abrirnos a las nuevas oportunidades. Tener un espíritu joven a pesar de la edad, nos da la oportunidad de experimentar cosas positivas, que lo queremos y lo lograremos, pero bajo el entendido que debemos estar preparados para ganar la batalla. Para algunos la suerte es un factor decisivo para lograr las metas, lo dejan al azar, para otros la suerte es el resultado de estar preparados para cuando la oportunidad toque la puerta o cuando nosotros la encontremos.
Quizás a nivel personal es más fácil tener éxito que a nivel de sociedad o comunidad. Debemos dejar ese pensamiento que por culpa de alguien más no avanzamos como queremos, es necesario trabajar en nuestra salud mental y física, luchar por lo que queremos. Asumir un rol protagónico en nuestras vidas, dejar atrás los pensamientos absurdos de que somos víctimas del destino, o que las circunstancias pueden más que nuestro deseo de salir adelante. Resulta que muchas veces debemos cambiar esa voz interior negativa, esa que dice que no se puede, por una que nos diga que sí podemos, que lograremos lo que buscamos y que esos sueños se harán realidad en la medida en que nos preparamos y nos esforzamos.
Contar nuestras bendiciones es más beneficioso que fijarnos en lo que no funciona, si usted tiene la oportunidad de estudiar, trabajar, emprender, cuidar de su salud, rodearse de personas que contribuyan a su superación personal, pero no debemos conformarnos y llevar esperanza a otros seres humanos que están atrapados en la falta de conciencia, que no son capaces de celebrar sus propios logros, por pequeños que sean, al final la suma de éstos se convierte en las grandes metas que anhelamos.
En ocasiones dedicamos demasiado tiempo a pensar que son los demás quienes deben cambiar, insistimos en ser aceptados por personas que no merecen nuestra atención. Concedemos un exceso de poder prácticamente a desconocidos, a personas extrañas, que su única función en la vida es transmitir sus frustraciones y fracasos en el entorno donde se desenvuelven. En lugar de esperar que los demás cambien, es imperativo reconocer que somos nosotros quienes debemos transformarnos, que tenemos control sobre nuestras vidas.
Haciendo buen uso de las enseñanzas de Dale Carnegie, enriquezcamos nuestros pensamientos con paz, valor, salud y esperanza. Fortalecer la vida espiritual, orar es una gran manera de alivianar las cargas. No esperemos que todos sean leales, siempre hay un Judas, no nos debemos asustar por su presencia, es parte de la vida. Aprendamos de nuestros errores y fracasos, tratemos de no fastidiar a las personas de nuestro entorno, tengamos como meta que el lugar donde nosotros estamos será más feliz por el solo hecho de nuestra presencia.
Es importante reflexionar sobre nuestro actuar todos los días, comprender que los cambios internos son vitales para tener una mejor salud mental, buscar nutrirnos de pensamientos positivos para mejorar la calidad de vida. Aquellas frases que dando es como recibimos, nos recuerda que cada uno tiene la posibilidad de contribuir para crear ambientes sanos que permitan desarrollarnos como seres humanos, solidarios y empáticos.
Mejorar nuestra forma de ser e influir positivamente, no acabará con las grandes catástrofes que vive la humanidad, como las guerras, el hambre, la injusticia, entre otros, pero por lo menos nos aseguramos que en el entorno donde tenemos alguna influencia será un mejor lugar y nosotros tendremos mayores facilidades para alcanzar nuestras metas materiales y espirituales. Les deseo un buen año 2024, con lecciones aprendidas y, sobre todo, con muchas batallas ganadas.
