Los hondureños, hombres y mujeres de todos los estratos sociales, hemos estado pendientes del día histórico en que serán electos en el Congreso Nacional los magistrados a la Corte Suprema de Justicia que fungirán durante siete años como los encargados y responsables de ejercer la justicia que el pueblo anhela, a través de ofrecer testimonio de honradez, ética verdadera, capacidad indubitable, y real conocimiento y aplicación de la ley, dentro de un clima orientado democráticamente, como lo afirma nuestra Constitución, que demanda un gobierno integrado por tres poderes, separados pero complementarios entre sí.
Desde que se establecieron, en el principio, algunos actos y procedimientos que sirvieron para que pensáramos en un proceso ejemplar, creímos que el hecho de que esta vez los precandidatos serían autopropuestos, y que una Junta Nominadora los calificaría para ser entrega en una lista no menos de 45 al Congreso Nacional para que en su seno se eligiera a los 15 magistrados, siendo ellos 8 mujeres y 7 hombres, funcionando por primera vez la ansiada trenza electoral, por la que hemos luchado desde tiempo.
Una vez llegada la lista al Congreso, se comenzaron a manifestar los deseos de grupos políticos que, encabezados por los diputados y diputadas del partido Libre, comenzaron a demandar ocho cargos, por ser parte del Ejecutivo y por su parte, el Partido Nacional con 43 diputados confirmó cinco y el Partido Liberal propuso tres y busca el cuarto, se lamenta que los excelentes diputados del Partido Salvador de Honduras no sean escuchados hasta hoy, para hacer su propia propuesta. Después de presentarse tres planillas que no alcanzaron el respaldo de la mayoría de 86 votos, nos encontramos, en el momento de escribir esta columna, con el ofrecimiento de las diferentes bancadas de conseguir esta semana del amor y la amistad, la elección de los 15 magistrados y magistradas. ¡Ya es la hora!
DESPUÉS DE LA ELECCIÓN, VIENE LA JURAMENTACIÓN
Queremos prevenir problemas, pues existen diversas opiniones sobre la persona que va a juramentar a los nuevos magistrados, y después al que elijan presidente o presidenta. Es mejor que lo definan antes que llegue el momento de la juramentación de los magistrados y magistradas electos, en la interioridad del Congreso. Ya tenemos el precedente de la juramentación de señora presidente doña Xiomara Castro. Esa respuesta queda en la mesa de las fuerzas políticas que están detrás de esto, o el Congreso tomará una decisión conforme a ley.
Por Ilsa Díaz Zelaya
