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Honduras
martes, abril 16, 2024

EL UNICORNIO IDEOLÓGICO: Salud y educación para pobres

Los servicios en salud y educación en Honduras están hechos, literalmente hablando, para los más pobres, los desposeídos, esa masa de indigentes que surtirían de abundante material a escritores como Tolstoi o Steinbeck.

¿A qué se debe que los hospitales y escuelas públicas en Honduras ofrezcan servicios de muerte, y que ningún gobierno, incluso el que tenemos ahora, le haya echado mano al problema con seriedad? ¿Será que el presupuesto nacional resulta insuficiente, o porque los recursos son utilizados en asuntos que no tienen nada que ver con estos dos grandes motores del desarrollo social? ¿Cómo se resuelve este problema de desigualdad social que se ha convertido en un eterno padecimiento para los más pobres? ¿Aumentando los impuestos o, en su defecto, recurriendo a un mecanismo que no sea el Estado? A ver: si usted es de los que paga de su bolsillo, médicos y educación privada, nada de lo que se diga sobre los malos servicios estatales le causará pena ni conmoción alguna. Para la gente que nada posee, el acceso a los servicios de salud y educación representa un verdadero padecimiento que solo puede ser soportado por las limitaciones que la misma sociedad les impone a los excluidos, que no tienen dónde quejarse que no sean los medios de comunicación masivos.

Al ser testigos de cosas como estas en los medios de comunicación, uno no deja de conmoverse, como en las películas de drama que ofrece Hollywood, que alteran el espíritu, pero luego, todo vuelve a la normalidad. Así nos movemos los humanos, sobre todo cuando gozamos de ciertos privilegios materiales que endulzan la vida.  Pero lo peor surge cuando estos temas conmovedores nos obligan a señalar los culpables y a los salvadores de la mala situación educativa y sanitaria. Las miradas inquisitivas siempre se dirigen hacia el Estado, porque a nadie se le ocurre que los servicios puedan ser ofertados por un agente diferente al que nos han enseñado desde que éramos niños.

Si acordamos que el Estado debe ser el responsable, entonces, ¿a qué se debe tanta penuria educativa y sanitaria? Un político diría que se debe a que el presupuesto nacional no alcanza para tanto; que lo ideal sería subirles a los impuestos o pedir prestado para dirigir la plata hacia la atención médica y construir mejores escuelas. Suena lógico. Pues bien: los fondos saldrán del bolsillo del lector, y de los impuestos a la productividad nacional. Si usted es de clase media pondrá el grito en el cielo, pero si es un empresario próspero, quizás no le importe mucho al principio, pero después, ya no le hará tanta gracia.

Otra opción sería socializar el sistema, pero esto implicaría nacionalizar todas las empresas privadas y pasarlas al control del Estado. ¿Hay alguna otra salida menos oprobiosa que esa? ¿Y qué dicen de privatizar los servicios de educación y salud? Quién sabe. Con estos sueldos miserables, las cosas seguirían como hasta ahora. El asunto se pone más difícil cuando algunos proponen que se necesita urgentemente atraer la inversión, generar oferta abundante de empleo, y que la gente pueda pagar servicios de mejor calidad. Al Estado le conviene, pero no a los empresarios protegidos por éste; habría que tomar una decisión histórica.

La propuesta más inteligente es esta: que los programas de responsabilidad social empresarial sean más serios de lo que han sido hasta ahora, y se encarguen de los servicios educativos y sanitarios en las comunidades donde operan, así como lo hacen Amazon y J. P. Morgan…podría ser, pero habría que ponerle más voluntad política al asunto.

Por: Héctor A. Martínez (Sociólogo)

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