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sábado, abril 27, 2024

El punto medio

Algo increíblemente complicado de alcanzar; el equilibrio. Generalmente y esa es una de las raíces de nuestros males, nos vamos a los extremos en casi todo por no decir que en todo. Y ya sabemos que, hasta las cosas buenas en exceso, se vuelven malas. Eso del balance nos parece algo muy difícil de alcanzar, como que es una cosa de gente con un nivel espiritual (no religioso), muy elevado.

En “El camino de los sabios”, Walter Riso hace una definición muy acertada me parece a mí, sobre este significado; sabio no es aquel que mira las estrellas atentamente, sino aquel que sabe llevar bien su vida.  Y hablando de sabios, Aristóteles nos advierte que “solo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego”. Para este eminente pensador, una virtud consiste precisamente en el punto medio de las cosas.

Por ejemplo, la valentía, que es una de las once virtudes mencionadas por él, es importante para llegar lejos en la vida y está justo en el medio de la cobardía y la temeridad, porque ser cobarde probablemente nos privará de oportunidades y ser temerarios nos pondrá continuamente en peligro. Luego nos habla de la humildad, la cual se encuentra entre la falsa modestia, y el orgullo desmedido. Seguro que nos hemos encontrado con buenos ejemplos de estos dos últimos y nos han resultado insufribles, o tal vez nosotros mismos hemos tenido esas fases en las que hemos resultado insoportables para los demás.

La humildad sería entonces, la que nos ayude a vivir con los pies en la tierra. Otra interesante virtud es la templanza que sería la mediadora entre la indulgencia y la intransigencia. Algo que nos ayudaría a hacer un buen papel en todos los ámbitos de la vida, al no ser tan rígidos con las personas de nuestro alrededor al mismo tiempo que no les permitimos sobrepasar los límites de nuestros derechos. La vergüenza es otra de estas virtudes la cual en exceso nos puede hacer pasar muy malos momentos por la inseguridad que podemos llegar a sentir.

Pero personalmente creo que en pocas cantidades resulta todavía peor. Cuando nos habla de honestidad, este ilustrado personaje se refiere a tener cuidado con el vicio de la mentira, de acostumbrarnos a mentir hasta sin necesidad alguna, pero también condena la falta de tacto de quien no tiene en cuenta los sentimientos de los demás. Y para terminar no podemos dejar de mencionar a la “madre” de todas las virtudes como el mismo filósofo la llamaba, la tan deseada… paciencia. Y cómo no resaltarla siendo tan útil como es. Cuando logramos conservarla estamos controlando nuestro temperamento, evitando meternos en más problemas de los que ya estamos metidos. Pero claro, un exceso de ella nos llevará ser demasiados pasivos, sin carácter, y ya sabemos que, sin esto, tampoco se llega a ningún lado. Hay momentos (y gente) que requieren la parte más enérgica de nuestra naturaleza. Y bueno, nadie dudaría de que estas cosas nos ayudarían a vivir más contentos y tranquilos, pero vaya que nos la ha puesto difícil señor Aristóteles… muy difícil.

Emy James
Emy James
Emy James, psicóloga y Máster en Educación, escritora a nivel profesional. Trabaja en teatro y radio y es también docente.
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