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domingo, abril 28, 2024

El general virtuoso

Me atrevo a asegurar que, con ese título, algunos que me leen, expresaron: ¡no los hay y si existen, son pocos! Podría ser que estén equivocados… por el dicho común de que “los buenos somos más” o por la certeza de que “toda regla tiene su excepción”, y finalmente porque los académicos o los lectores asiduos, probablemente los menos y seguramente los más longevos, a la primera, el epígrafe de esta columna cerebral los remitió al general Cabañas.

Y es que después de la bazofia y el estercolero esparcido en el juicio en New York, habrá quienes crean o piensen que al país se fue al carajo desde que su clase política, policías y militares se pudrieron, al igual que otros representantes gremiales.

No son todos, por supuesto, quizás esas manzanas podridas sean las menos, pero a falta de referentes a quienes imitar en la realización de sus competencias o emular en su fortaleza moral y ética, solo queda recordar y exaltar a uno de los hondureños más virtuosos como lo fue José Trinidad Cabañas.

De este preclaro general mucho se ha escrito y dicho para destacar su lustre como ciudadano de excepción, uno de esos tantos bardos que lo honraron fue Rafael Heliodoro Valle, quien lo calificara como el “poeta de la unión centroamericana” y quien le dedicó sus versos: “Cabañas, su vida fue como la luz del día…honrado como la miel… en lo blanco y azul nuestra bandera…”

Siempre, resultará un desafío, ya sea para el orador de verbo acendrado o para el poeta de pluma prodigiosa, medir en su verdadero alcance las virtudes de Cabañas, sin correr el riesgo de omitir algún rasgo en el esfuerzo por honrar su nombre.

Hoy que el terruño patrio o la patria grande de Morazán y Cabañas, atraviesa su noche más oscura o su tiempo más aciago, más de dos siglos después (219 años de la venida a su tierra amada), es bueno recordar para aprender del ejemplo del “caballero sin tacha y sin miedo”.

De acuerdo con Aristóteles, el ser virtuoso es el llegar a ser bueno y eso depende de diferentes factores como la naturaleza, los hábitos y la enseñanza. El virtuosismo, añade, es fuerza, excelencia, cualidad de vida y arte de vivir, no es norma, es actitud, es conciencia hacia el bien.

Cabañas es el ejemplo vivo de tal concepción filosófica, su virtud se manifestaba en la satisfacción del obrar con desprendimiento, aunque para otros significara un sacrificio.

Una evidencia del proceder nítido de Cabañas se produjo el 30 de junio de 1851 cuando envió una carta al ministro general del Supremo Gobierno del Estado de Honduras.

Ahí expresó su renuncia a una pensión vitalicia argumentando que en “el decreto del 11 de mayo, que me condecora con el título de Soldado de la Patria… deja mi ambición superabundantemente satisfecha, no siendo después de esto dable que acepte una pensión”.

Ahora y como ayer cuando ha quedado en evidencia la piñata que de la patria han hecho gobernantes y gobernados coludidos para el latrocinio, hace demasiada falta y se conoce más la carestía de personas como el general ejemplar que fue Cabañas.

Es hoy que hacen falta y desde hace mucho esas lecciones de amor patrio a través del servicio desinteresado venido desde un ciudadano ejemplar.

Al respecto, el general en retiro Luis Alonso Maldonado Galeas expresa que: “Ese ejemplo se hizo sentir en todo el pueblo centroamericano, entre propios y extraños, al lado de Morazán en toda la campaña unionista, desde el sitio de Comayagua, hasta la retirada en San José, siendo los salvadoreños los más beneficiados de su abnegado patriotismo, retribuido justamente con reconocimiento, admiración y gratitud”.

Es por esos servicios y otras virtudes que los vecinos salvadoreños, más generosos que nosotros en la admiración y valoración de sus virtudes, nombraron a Cabañas ministro de Guerra y presidente de la Asamblea Legislativa y, además, para no olvidarlo nunca y recordarlo siempre, bautizaron un departamento con su nombre. Aquí, apenas un municipio de Copán se llama Cabañas.

Al general sin tacha, el poeta Ramón Rosa lo describió como “Soldado honorabilísimo… héroe inmaculado de los eternos reveses: ante la historia has vencido, porque siempre fuiste bueno, leal, generoso y patriota, porque la Patria hoy te presenta como dechado de honradez y de heroísmo”.

Para José Trinidad Reyes, Cabañas marcó con sabiduría el valor que tiene el corazón abierto a una causa, la voluntad puesta al servicio de un ideal, el espíritu imbatible para defender con denuedo la bandera; la firme convicción de que ganar o perder no importa, (que) lo trascendente es mantener el impulso hacia adelante.

“Después de tantos años sin su luz, concluye Maldonado Galeas, a Cabañas buscadle en los impolutos y selectos espacios reservados al honor, en las altas cumbres donde anidan los espíritus humildes, en la piel herida de la patria, irrigada y purificada con la sangre del leñador del Selguapa cual ofrenda en sacrificio; escudriñad en los recintos del poder conferido donde se sellaron las decisiones con honradez, honestidad y probidad, en la grandiosa y fulgurante epopeya, donde vencer o morir significaron lo mismo, donde caer con dignidad ha sido signo de victoria. Buscada al fin, allí donde la virtud se encarnó en su piel maltratada, a donde la gloria lleva con orgullo su nombre”.

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