San Juan de Opoa, Copán. Los habitantes del municipio de San Juan de Opoa en el departamento de Copán, cuentan con un lugar especial donde reunirse, conversar y pasar buenos momentos, se trata del “Pasaje Opolhuacan”, un paseo ubicado a un costado del parque, que es único en el país y que se ha convertido en un atractivo de la comunidad.
El pasaje fue un proyecto desarrollado por estudiantes de último año de Bachillerato Técnico Profesional de Informática y Bachillerato en Ciencias y Humanidades de la Escuela de Educación Inclusiva Ángeles de Esperanza, como parte de su trabajo educativo social.
Mayra Pérez Villalta, directora pedagógica de la institución, comentó que hicieron una propuesta a las autoridades locales para hacer un paseo con un diseño diferente, donde existía el “Pasaje de las Sombrillas” que ya estaba deteriorado. “Propusimos crear un espacio artístico y fue aprobado en la corporación municipal, es así que diseñamos una muestra cultural, donde destaca todo lo representativo del municipio”, indicó.
Señaló que fue una experiencia muy bonita porque toda la comunidad se unió aportando su granito de arena. Trabajaron durante mes y medio, primero elaborando la parte área que es de plástico y luego en la pintura del suelo.
“Fue hermoso que las familias se unían en las tardes para ayudar, hubo gente de la comunidad que hizo sus dibujos, nos dieron algunas ideas, se convirtió en un lugar de esparcimiento y los jóvenes se sintieron especiales en hacer algo para su comunidad”, recalcó.
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Escuela de Educación Inclusiva Ángeles de Esperanza
Es una institución que abrió sus puertas en San Juan de Opoa para educar a niños con capacidades diferentes, brindándoles una especial atención.
María Jesús Ramírez, Hermana Franciscana de la Inmaculada y directora administrativa de esta escuela, manifestó que inició como un proyecto por parte de Mayra Pérez quien a través de la Rehabilitación Basada en Comunidad (RBC) daba asistencia domiciliaria a un grupo de niños especiales. Fue entonces que en 2010 decidieron las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada que sería mejor abrir una escuela, y aunque les costó por tanto estigma, actualmente tienen una matrícula de 50 niños que asisten de lunes a viernes y 120 los fines de semana.
“De lunes a viernes atendemos a los niños con capacidades especiales y los fines de semana a jóvenes de bajos recursos que entre semana trabajan, los sábados tenemos de séptimo a noveno y los domingos los bachilleratos en Informática y Humanidades”, añadió.
Por su parte, Mayra Pérez Villalta, señaló que cuentan con un equipo psicopedagógico completo, con trabajador social, especialistas en la parte de lenguaje y Psicología, además de los docentes que están formados para atender a los niños con capacidades diferentes.
“Tenemos niños con problemas de aprendizaje que son remitidos de otros centros educativos, así como de Teletón, de psicólogos, psiquiatras y neurólogos, niños con autismo, con trastorno por déficit de atención e hiperactividad, con síndrome de Down, entre otros y el fin de semana estudian sus hermanos o padres, es normal que se gradúen juntos, porque la integración familiar es la base principal de nuestra institución”, apuntó.
La Escuela de Educación Inclusiva Ángeles de Esperanza es una institución privada avalada por la Secretaria de Educación, la cual trabaja con el currículo nacional básico, con las adecuaciones necesarias para que los estudiantes puedan recibir el aprendizaje de la manera más accesible para ellos.