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viernes, mayo 17, 2024

El Gordito Feliz, una historia de un bus y el emprendimiento exitoso y alegre de una familia

Un bus estacionado a la altura del sector El Polvorín, en San Pedro Sula, y pintado con diversas imágenes, donde resaltan las figuras de dos guacamayas, no es un transporte colectivo como cualquiera de los muchos vehículos de esa clase que llegan a la zona. No, en ese bus, que se identifica con el nombre de El Gordito Feliz, se desarrolla un singular emprendimiento familiar que transporta, eso sí, mucha alegría y sabor.

Don Ángel, quien prefirió que lo llamaran Gordito Feliz, es el propietario de ese pintoresco bus y el emprendedor de esa “franquicia” de la alegría y felicidad.

Un equipo periodístico de Diario EL PAÍS conversó con el dinámico Gordito Feliz que responde al nombre de Ángel Leiva (45), quien contó cómo surgió lo que hoy es su sustento de vida y de su familia.

Según el Gordito Feliz, el emprendimiento nace de la necesidad de un trabajo ya que a su edad encontrar un empleo es casi imposible.

En sus años como motorista de equipo pesado, profesión con la que se destacaba antes de ser el Gordito Feliz, conoció mucha gente, haciéndose muy popular.

“Un día se me ocurrió la idea de poner un negocio dentro de un bus, considerando que me he jactado de ser una persona popular”, dice este jovial emprendedor.

El “bus restaurante” abrió operaciones dos meses antes que el gobierno anterior declarara estado de emergencia debido a la pandemia de COVID-19.

Afirmó que, durante la pandemia, así como toda la población hondureña, se las vio “a palitos”, pero nunca desmayó en sus ideas.

En ese momento, recordó don Ángel, tuvimos que “reinventarnos para poder sobrevivir con mi esposa y mis ocho hijos”.

Durante su platica y con sus relatos, el propietario de pintoresco emprendimiento, hizo reír a los periodistas de Diario EL PAÍS.

El Gordito Feliz
Don Ángel y su esposa, Edith, contagian a cada uno de sus clientes con su jovial alegría.

Actualmente, el Gordito Feliz se estaciona en una de las tantas fabricas que hay en la 33 calle de San Pedro Sula, de 5:00 a.m. a 1:00 p.m.

“Somos famosos por las burritas, que nuestros compañeros motoristas, albañiles, guardias de seguridad, trabajadores de las fábricas, disfrutan sin lugar a dudas”, aseguró don Ángel.

Asimismo, y uno que otro oficinista que se detiene a degustar de sus famosas burritas.

El Gordito Feliz tiene una política que se cumple al pie de la letra: “vender comida económica con mucha alegría”.

“Así que unos vienen por hambre y otros por amistad”, agrega con jocosidad.

“Nos unió como familia”

En el pequeño emprendimiento participa toda la familia, quienes se dividen en dos grupos para sacar la tanda de comida que corresponde al día.

Con ojos de enamorado, comento que su esposa, Edith Herrera (42), es uno de sus pilares en este emprendimiento. Así como también sus apreciados “muchachos”, refiriéndose a sus hijos.

Asimismo, don Ángel le comento entre risas a Diario EL PAÍS que, hoy por hoy, El Gordito Feliz es el sustento de toda su familia.

“Estamos a punto de que uno de mis muchachos se haga licenciado gracias a este negocio y damos gracias a Dios por eso”, contó y agradeció.

El Gordito Feliz
El Gordito Feliz junto a su esposa Edith Herrera y dos de sus “muchachos”.

EL sueño del Gordito Feliz

“Mi sueño sería tener un montón de buses para llevar comida económica a todos lados”, expresó, sin perder la esperanza.

Sin embargo, ese sueño está a punto de hacerse realidad, ya que la familia planea abrir su segundo bus, el cual instalarán en la autopista que va hacia La Lima.

El Gordito Feliz
El Gordito Feliz planea abrir su segundo bus, el cual instalaran en la autopista que va hacia La Lima.

Don Ángel asegura que su objetivo es suplir ciertas necesidades de la fuerza laboral de escasos recursos, como ser un plato de comida, eso sí con sabor y alegría.

Pero El Gordito Feliz también es solidario. Cuenta que en su empresa “tenemos un día a la semana (miércoles) en los que regalamos comida. Así que, si usted está escuchando o leyendo esta entrevista, si en algún momento usted tiene necesidad o su familia está pasando un mal rato, acérquese a nuestro bus, que nosotros le vamos a dar un plato de comida con el mayor de los gustos”.

El Gordito Feliz explica que ese gesto es la forma de agradecer las bendiciones recibidas y el apoyo de las personas que permiten que su negocio crezca económicamente y en alegría y felicidad.

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