La creatividad es infinita. Y existen muchos caminos para llegar a una gran idea, sí. Pero creo en el principio de que es infinita. Hace unos meses, pude disfrutar de una serie de documentales en un canal de cable, donde hablaba de las grandes empresas y franquicias que impactaron el mundo. Cosas que comenzaron con una idea.
20Idea que, por lo general, vino después de una larga búsqueda, después de haber desechado muchas otras creaciones que no funcionaron. Y finalmente llegar a esa innovación revolucionaria. Me encantaron los ejemplos, pues había de todo. Desde las hamburguesas que hoy día disfrutamos, hasta el helado suave, que hace unos 80 años, ni existía.
Galletas saladas, galletas dulces. Todos rompieron el mercado cuando tuvieron una idea innovadora de algo que suplía una necesidad en el mercado. Eso me inspiró tanto, que hice mis investigaciones para concluir que lo que más ha impulsado una empresa en el mercado es cuando una gran idea rompe lo conocido.
Ahora bien, pensar no es fácil. Porque toma tiempo, esfuerzo, escribir, levantarse, platicarlo, buscar, pero de que se logra, se logra. Hoy espero poder inspirar a todos los que buscan un ingreso extra, emprender un negocio, o bien replantearse el negocio que actualmente tiene. ¡Piense!
Siempre en este punto hago referencia al muy famoso libro de “Napoleón Hill, piense y hágase rico”, donde hace mucho énfasis en cómo pensar. Esto, porque todos tenemos maneras diferentes de poder pensar las cosas. Hay quienes necesitan estar absolutamente solos, otros rodeados de ruido y quehaceres. El gran temor de pensar es cuando nos ocurre el tremendo “no se me ocurre nada” y es normal.
He trabajado con muchos equipos creativos donde siempre hay que ir en búsqueda de la gran idea, y cuando nos llega el bloqueo, sé que es parte del proceso. Sin embargo, nuestro mayor problema hoy día, es que ese impresionante y maravilloso músculo, llamado cerebro, no lo queremos usar.
La inteligencia artificial, la calculadora, Google y muchas otras herramientas que sin duda solo son eso, herramientas, nos han acomodado el arte de pensar y nos hemos vuelto perezosos para ello. ¿Sabe por qué nos cuesta leer?, porque hay que concentrarse. Hoy en día preferimos todo desmenuzado y servido en una cucharada de Netflix como película adaptada, que leer el libro.
Leer sin duda ejercita la mente, pero escribir, todavía más. ¡Escriba!, escriba mucho lo que piensa, admiraba mucho a un cliente que siempre tenía a mano dos libretas. Una era su agenda y la otra su “Libro de ideas”, me decía, porque cuando se me viene algo a la mente, debo apuntarlo. ¡Y hasta el día de hoy, procuro tener mi libreta de ideas! Muchas de ellas se nos vienen en el momento menos esperado y se nos pueden ir, cual viento fuera.
Ahora bien, este es mi desafío: piense, si desea tener un ingreso extra, piense de dónde pueda venir. ¡No haga lo que todo mundo está haciendo ya!, pues seguro le tocará competir por precio. Anote, pregunte, busque y seguro llegará esa idea, la cual va a encender su corazón.
Lo mismo ocurre en la mayoría de circunstancias de la vida. Para ser un solucionador, piense. Los grandes líderes son chispa para tener alternativas de solución, no se lamentan, no se victimizan, sino que tienen una sola actitud ¿cómo puedo resolver esto? Y cuando abrace el hábito de que el pensamiento es infinito y las ideas siempre llegan, más tarde unas que otras, pero verá cómo la gente va a valorar como alguien muy creativo. ¡Piense en ello!
