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jueves, mayo 2, 2024

De Alejandro Magno a la realidad virtual inmersiva

Desde la era de piedra hasta la era digital, la tecnología ha sido un factor crucial en el desarrollo de la sociedad. En la época de Alejandro Magno en el siglo IV a.C. (356-323 a.C.), con tan solo 20 años fue rey de Macedonia, tras la muerte de su padre el rey Filipo II, recibió una educación excepcional bajo la tutela de Aristóteles.

Alejandro el Grande, considerado el máximo conquistador de la historia, expandió su reino y lo convirtió en una potencia, gobernando todo el mundo conocido desde Europa hasta Asia. Dominó el antiguo Imperio Persa, Egipto y la India, entre otras vastas regiones. Es impresionante, como pudo expandir su imperio, contando solo con la tecnología propia de su tiempo. Su ingenio y capacidad estratega le permitió alcanzar lo que nunca antes nadie había logrado.

Conocer de personajes tan trascendentales como Alejandro Magno es siempre fascinante, ya sea que lo hagamos leyendo un libro de historia, revisando literatura en el buscador de Google, viendo vídeos en YouTube o escuchando un audiolibro, hay muchas maneras de aprender, pero ninguna tan impactante como visitar los lugares donde estos hechos ocurrieron.

Sería muy complicado económicamente para la mayoría de nosotros viajar a cada lugar histórico, pero con la tecnología actual sí es posible. La experiencia de aprendizaje se potencia con la realidad virtual inmersiva (RVI). Desde la educación primaria hasta nivel universitario se puede hacer uso de estas herramientas tecnológicas para enriquecer el aprendizaje y hacerlo experimental. Seguro, que, con este tipo de experiencias, más estudiantes amarán aprender de historia, porque será más comprensible desde la perspectiva de ellos, que muchas veces no pueden visualizar los hechos del pasado y relacionarlos con el presente.

Recientemente tuve la oportunidad de participar en una conferencia en Tesalónica, Grecia, conocer e intercambiar experiencias con colegas docentes universitarios y desarrolladores de aplicaciones, que investigan el uso de la inteligencia artificial, que incluye el ChatGPT y por supuesto la RVI, para mejorar la experiencia enseñanza-aprendizaje. Algunos países representados en la conferencia, como Rumania, Grecia, los Estados Unidos, ya están adoptando estas tecnologías en el aula de clase y los resultados son muy positivos a nivel de usuario. Estas tecnologías deben estar acompañadas de un componente pedagógico para que rindan los resultados esperados.

Con la RVI, el usuario se sumerge en un mundo virtual, algo parecido a la película la Matrix o al multiverso de Mark Zuckerberg. Se utiliza un dispositivo, como gafas de realidad virtual, para crear esta experiencia. En la enseñanza de historia, la RVI, podría transportar a los estudiantes a épocas pasadas, permitiéndoles explorar virtualmente lugares históricos y participar en eventos claves, como si estuvieran presentes en ese momento. Podrían conocer cara a cara a Alejandro Magno, presenciar sus batallas y hasta ser uno de sus generales.

La RVI supera las barreras geográficas y temporales al transportar al usuario a épocas pasadas o lugares lejanos sin la necesidad de desplazarse físicamente. Esta accesibilidad podría democratizar el acceso a experiencias educativas enriquecedoras, especialmente para aquellos cuyas limitaciones económicas no se lo permiten.

La adopción de la RVI en el sector educativo puede ser disruptiva, permite que los estudiantes se involucren activamente en clases como historia, pero también puede incluir otras asignaturas, como comunicación efectiva, entrenando adecuadamente a los estudiantes antes enfrentarse a un público de manera directa, evitando la glosofobia o el pánico escénico. La RVI abre nuevas posibilidades para el desarrollo de habilidades cognitivas y emocionales. Tenemos un mundo de posibilidades para mejorar la calidad educativa, todo depende de las acciones que se tomen para incorporar las tecnologías y la pedagogía adecuada.

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