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Honduras
domingo, abril 28, 2024

Crisis ambiental

Por Ilsa Díaz Zelaya

La situación y posición de Honduras frente a los problemas que la afectan ocasionados por los cambios climáticos que cada día nos sorprenden, nos deben llamar la atención, no solo al Gobierno de la República, sino a toda la población y aquellas estructuras que, en cada localidad, afectan a la vida de su población y todos los programas que se intentan realizar por autoridades, empresarios, campesinos, dependiendo de su entorno natural.

Desde que a nivel internacional se nos está advirtiendo y diciendo que nuestro país ocupa el segundo lugar a nivel mundial como de los más susceptibles al cambio climático, la realidad que estamos viviendo nos está dando a entender que los expertos y analistas extranjeros nos están dando la razón. Las sequías de recientes años, las tormentas y lluvia que han producido inundaciones, derrumbes, sobre todo en nuestras montañas, hundimientos en las zonas urbanas de las grandes ciudades y pequeñas aldeas, pérdidas de cosechas, de ganado, y lo más doloroso, los accidentes en nuestras carreteras y caminos dañados en extremo, que provocan dolor y muerte para muchas familias.

La situación del abastecimiento de agua merece la especial atención de todos, porque comenzando por nuestra capital,  ciudades  como El Progreso, Villanueva, y en el sur de la república ya están padeciendo rigurosas limitaciones en el suministro del vital líquido a todas las comunidades, en algunos análisis que se hacen a nivel internacional se afirma que  para el año 2050, o antes, muchos países y zonas del mundo van a carecer de agua, y entre ellos, uno de los primeros seremos los que estamos situados en zonas de alto riesgo.

¿Qué hacer ante esta situación? Tenemos una Ley General de Aguas, una legislación sobre Medio Ambiente, y diversas disposiciones reguladoras, a nivel de autoridades nacionales, regionales y locales. Es en esta última, que las alcaldías, como autoridad local debe prestarle toda la atención, no solo al recurso agua, sino a todo su entorno natural, tomando la decisión de someterse a una regulación seria, actualizada y real a través de la elaboración de un plan de ordenamiento territorial, en el cual los alcaldes y su departamento especializado en los temas ambientales, apoyados por las demás autoridades en aldeas, puedan ubicar cuencas de sus ríos, elevaciones montañosas, flora  y fauna, distribución y calidad del suelo, y establecer programas de educación ambiental  para que todas las generaciones, presentes y  futuras puedan asegurar un futuro mejor y tomar parte con sus aportes.

No reconocer esta crisis y declararnos indiferentes, incompetentes o incapaces, es cuestión de conciencia de cada uno, ¿hasta cuándo?

 

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