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Honduras
lunes, mayo 6, 2024

Consecuencias de la dejadez

Ya comenzando el 2023 y nos llena de esperanza que la Policía Nacional de Honduras esté “en el ajo” y ya comprenda de cómo está de desbordada la situación de la delincuencia y ya ha hecho movimientos para extender el Estado de Excepción, que, por cierto, no afecta al turista, ni a los negocios nocturnos, y esta inquietud ya debe haber sido recogida por el Congreso Nacional. Seguramente se deberá exigir el encendido de las cámaras del Sistema Nacional de Emergencias 911 y que más nos llega el mal olor de la politización en este tema por haber sido una gestión del gobierno anterior y de repente lo van a reinaugurar con los colores rojo y negro.

Eso sí sería lamentable de ser cierta esa sensación, la presión social hacia el Estado debe ser intensa en este asunto de las cámaras del 911, ya que cientos, sino que miles de vidas se pueden proteger. En ningún país del mundo se toleraría algo semejante. Las herramientas necesarias y posibles deben ser entregadas a la Policía para que también su trabajo sea seguro ya que también son hondureños y nadie les cuida, solo entre ellos y exponen sus vidas por las de los demás.

Hoy, a los hondureños nos toca cosechar los polvos de aquellos lodos de la indiferencia y de la irresponsabilidad estatal permitiendo la avanzada y crecida del delito común y organizado en nuestro país, sin querer ser pretenciosos al no caer en la trampa de ser jueces, pero la historia allí está registrada de cuándo y cómo repuntó este fenómeno. Ha anidado en muchos corazones el odio al grado de querer hacer justicia con su propia mano y vemos a diario asesinatos en todos lados e incluso en sitios donde jamás se pensaba que fueran posibles.

Es tan severa la situación que la migración no se detiene, los mismos hondureños les hacen la vida imposible a sus compatriotas reclamando espacios que no trabajaron, reclamando bienes que nos les pertenece, con vida fácil y violenta. En 2023 ya está establecido que la economía mundial se desplomará de manera dramática y ningún líder social o político es capaz de advertirlo, apenas unas voces débiles lo dicen pero la resonancia no llega hasta los gremios, hasta los pobladores y sobre todo a los tomadores de decisiones que pareciera más bien que al ganar las elecciones hubiesen más bien ganado una licencia de actor o actriz para ir a decir estupideces y hacer payasadas a donde corresponda, es decir, que esa misma irresponsabilidad se sigue dando y como pueblo debemos estar atentos y exigir compostura y trabajo.

Por esto y tanto es que el tema de seguridad sea tan difícil de abordar por la misma falta de voluntad de los Poderes del Estado y que, por cierto, se debe seguir muy de cerca el proceso de tamizado para elegir a los nuevos magistrados. Mientras, le exigimos al Gobierno que ya deje de lado la politización de las soluciones y enciendan de una vez las cámaras del 911, esa herramienta es muy útil y no se debe considerar un gasto, en vez de inflar el presupuesto con dineros cuyos destinos no están esclarecidos. Apoyemos a la Policía Nacional, pero que sea verdad.

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