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jueves, abril 25, 2024

BIEN COMÚN: Libertad de Prensa

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) instauró el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, conceptualizando la fecha de la siguiente forma: “El 3 de mayo sirve para recordar a los gobiernos la necesidad de respetar su compromiso con la libertad de prensa y es también un día de reflexión entre los profesionales de los medios de comunicación sobre cuestiones de libertad de prensa y ética profesional. Igual de importante, el Día Mundial de la Libertad de Prensa es un día de apoyo a los medios de comunicación que son blanco de la restricción, o abolición, de la libertad de prensa. También es un día de recuerdo para los periodistas que perdieron la vida en la persecución de una noticia.”

Lastimosamente, la realidad que vive la prensa a nivel mundial es de permanentes agresiones, de toda naturaleza. Las libertades asociadas al Periodismo se encuentran gravemente amenazadas por múltiples factores que la convierten en una de las profesiones más riesgosas. No existe zona del planeta donde la prensa no enfrente monumentales retos, incluyendo asesinatos, atentados, procesos judiciales, censura, impunidad y opacidad pública, entre muchos otros. Las libertades para la prensa en el mundo han venido disminuyendo durante las últimas décadas a pesar del surgimiento del Internet como mecanismo global de comunicación. Los gobiernos han logrado convertir tecnologías liberadoras en herramientas de censura y vigilancia.

El Periodismo requiere de un entorno democrático y de supremacía de la ley para prosperar, pero actualmente ambos están en crisis. Todos los estudios o sondeos sobre libertades políticas a nivel mundial revelan que los avances logrados en los últimos 30 años han desaparecido. Se estima que un 72% de la población mundial vive en regímenes autocráticos. En el caso de Honduras la situación no es distinta, sobre todo en cuanto a la vergonzosa impunidad que prevalece en los asesinatos y agresiones contra periodistas y medios de comunicación (superior al 90%).

Para terminar de agravar esta situación, el debate y los discursos públicos se desarrollan en un ambiente turbulento, de permanente confrontación y con muy poco espacio para el entendimiento. Los mensajes políticos en lugar de facilitar soluciones, parece que más bien buscan exacerbar las diferencias. Los argumentos técnicos o prácticos pasan a segundo plano y se imponen la descalificación y el desprestigio. Los partidos adversarios alcanzan acuerdos, pero siempre maquillándolos para que no se perciba que se logró coincidir en un tema, contradiciendo así los fundamentos de la democracia, es decir, la capacidad de negociar con quienes tienen formas diferentes de pensar. En medio de este ambiente polarizado se ubica la prensa como balance entre frentes antagonistas que nunca están satisfechos con la forma o el contenido de las informaciones.

Azuzados por la demagogia partidista, obviamos las coincidencias y proximidades. Quien no apoya nuestros proyectos o propuestas no lo hace por razones legítimas, sino que lo hace impulsado por la maldad, intereses de grupo o ambiciones deshonestas. No puede ser que simplemente se trata de alguien que piensa diferente, sino que de un ser maligno que debe ser despreciado. Solo hay verdad o mentira, bondad o maldad, patriotismo o traición: nada intermedio. O estás conmigo o eres mi enemigo. Este contexto culmina con la omnipresencia de las redes sociales, que en ocasiones sirven de complemento a la prensa y en otras son fuentes de infinita desinformación y malformación de las audiencias; sus algoritmos favoreciendo todo aquello que genera más confrontación e indignación. Ahora con el latente peligro de plataformas de inteligencia artificial capaces de multiplicar contenidos dañinos sin ningún tipo de regulación.

Estas son apenas algunas de las circunstancias que debe enfrentar la prensa hoy y todos los días. Con enemigos en todas partes, resulta vital que cada uno de nosotros comprendamos la importancia que representa una prensa independiente y dinámica para nuestras democracias, sobre todo ante los embates de la tecnología en el discernimiento de la humanidad. Hoy celebramos la enorme capacidad de la prensa de soportar esa pesada carga, ratificando nuestro compromiso de siempre velar por su subsistencia. Está bien tener un día dedicado a la libertad de prensa, pero esta requiere defenderla todos los días, de manera sistemática y decidida. No hacerlo nos podría llevar a conocer lo que es vivir sin ella.

Correo: [email protected]

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