En una era donde escuchamos mucho sobre el “Pensamiento Positivo” Casi como una receta, que debemos poner en práctica, a la par del bombardeo constante de pensamiento negativo, del cual poco hablamos. Pero poco nos ponemos a reflexionar, ¿por qué pienso como pienso?, o, ¿por qué estoy pensando esto?
La verdad es que confundimos el poder de la mente con pensamientos “mágicos” como telepatía, o cosas instantáneas, atrayéndolas con solo desearlas. Y la verdad, la raíz de cambios importantes y cosechas abundantes de nuestra vida vienen de la disciplina de aprender a pensar.
Lo más difícil en nuestra época es precisamente eso. Pensar. Casi todo se nos da masticado y el cerebro es como un músculo. Hay que usarlo. Ejercitarlo, estirarlo para que de esta manera la exigencia se haga hábito y crezca. El rey Salomón, el hombre más sabio que jamás existió, según la Biblia, escribió en Proverbios: “Tal cual piensa el hombre, así es él”. Hay otra versión del mismo proverbio que dice: “Pues como piensa dentro de sí, así es él”.
El hombre, con mayor sabiduría que existió nos está diciendo que, si tengo pensamientos bajos de mí mismo, ¡así seré! Mire nada más que afirmación. Y trayéndolo al contexto de nuestros días, el gurú empresarial Stephen Covey que escribió “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, indica que las personas prácticamente dan un giro total a su vida cuando aprenden que uno mismo puede reprogramar su manera de pensar.
¿Por qué menciono esto?, porque para hablar de nuestros pensamientos, muchas veces obviamos algo que es esencial para tener pensamientos de altura. ¡También hay que blindarnos! Su mente está expuesta a muchos impulsos externos, esto es. Si usted quiere mantenerse altamente enérgico, enfocado y motivado, no solo tendrá que “disciplinar” su voz interior, que le diga cosas buenas, sino que le tocará disciplinarse a bloquear muchas cosas que entran en ella.
Esto no es nada nuevo. Adoctrinar masas, cambiar paradigmas sociales, doctrinas nuevas y todo lo que seres humanos que desean poder, y tienen poder, hacen uso de todo recurso mediático disponible para realizarlo. ¿Qué tanto cuida su mente de eso?
De estos pensamientos surgen modas. Deseos de cosas que no necesitamos. O maneras de hablar o referirse a otros, en cosas que ni conocemos. ¡Dígamelo a mí, que, como publicista, sé lo que es que un mensaje llegue!
Pensar bien de usted requiere aprender a evaluar si la gente que lo está criticando ¡tiene al menos base para hacerlo! Hoy es tan normal quejarse, destruir a otros, “bajársela” en pos de la libertad de expresión, olvidando la prudencia y sensatez en nuestras relaciones.
Cuide sus pensamientos. Dígase cosas bonitas. No se dé por derrotado. Si usted es un emprendedor, ¡todavía más! Mantener esa actitud, ese deseo de servicio, a toda costa es un verdadero esfuerzo. Si tiene buenos pensamientos de usted, eso lo verá reflejado en su exterior. La gente comenzará a notarlo. Usted comenzará a notarlo.
¡Un niño que creció escuchando que es guapo! Siempre se creerá guapo (aunque su perfil no sea tan griego). Una persona acostumbrada a ser consentida, siempre creerá que está por encima de los demás. ¡Todo está en cómo me vea!
La prueba siempre estará en qué me dice mi voz interna ante las dificultades. ¿Se rinde? ¿Siente compasión y lástima de usted? ¿Cree que solo a usted le pasan cosas? Amigos, cosas malas nos pasan a todos, todos los días.
Pero una mentalidad fuerte, firme y disciplinada siempre encontrará la manera de salir adelante. ¿De qué lado está usted?, víctima o solucionador.
Por Enrique Zaldívar,
Comunicaciones 2050
