La primera responsabilidad de un ciudadano es proteger a su país, respetando a la ley y a sus autoridades, sin ánimo de hacerles caer en desesperación, sino, de apoyarles en sus aciertos y corregirles en caso contrario. En estos momentos donde la alegría de la venida del Salvador del Mundo, nacido de mujer, cuando lo que debe imperar el buen deseo de bienestar mutuo recibimos con suma preocupación el hecho que el actual canciller de la señora presidente de Zelaya haya manifestado en su Twitter, el pasado mes de julio pero que cobra vigencia, que: “Las fuerzas oscuras que con fraude, asesinatos y corrupción rigen en Honduras con la dictadura, no les da la más mínima posición moral de atacar a @SalvadorAlianza aunque ya no esté en Alianza con @PartidoLibre. El PN es lo más cercano al mal y tienen a Honduras en el infierno”.
Realmente no terminamos de comprender acerca de esa retórica diabólica, que pareciera andar buscando fantasmas donde no los hay, creando la zozobra de siempre en los pasillos de las oficinas del Gobierno para desacreditar a quienes, según el canciller, son los causantes de su falta de capacidad y es una enorme irresponsabilidad en la que incurren funcionarios de esa categoría y argumentos tan faltos de valor específico, ya que si así es como manejan las cosas, Honduras jamás va a salir del subdesarrollo. No solo se trata de la educación del pueblo, también se trata de educación política, educación diplomática.
Lo que debería hacer la señora presidente de Zelaya, con máximo y sumo de los respetos, es recomendarle que ya vaya haciendo los cambios necesarios en su gabinete, y no espere hasta enero solo por tradición, debe hacerse ya, Honduras está en medio de una verdadera emergencia, en una cirugía de corazón abierto y no puede esperar un mes más para que los disfuncionales sean reemplazados. No sabemos a ciencia cierta de con quién se quiere congraciar el canciller quien, por cierto, ha tenido encontronazos hasta con la señora embajadora de los Estados Unidos, Laura Dogu, y hasta ha gritado en “contra del imperio” con el cuello inflamado hasta mostrar las venas.
“Fuerzas oscuras que con fraude, asesinatos y corrupción rigen en Honduras con la dictadura”, pero no los identifica con nombres y apellidos, igual que antaño que se lanzaban sombrerazos contra los periodistas, echándoles el muerto encima, pero cuando se pedían nombres se hacían los disimulados. Si acaso ya identificaron a esas fuerzas, teniendo el poder, estando en el poder, pues, señor canciller, creemos que ya deberían ponerlos en evidencia y someterlos al imperio de la ley, el pueblo se lo agradecerá, ahorita es cuándo sino solo quedará como un azuzador de espantos, perseguidor de quimeras y bufón de una triste corte, pero nada celestial y pasará también a un estante que la historia ni siquiera guarda, sino que desecha en el baúl del olvido.