21.3 C
Honduras
viernes, mayo 17, 2024

Admirados y distraídos

Así queda uno cuando alguna persona hace una proeza, por sus riquezas o poder e influencias. Nada más alejado que eso de la vida, la cual es el perfume de Dios. Hoy que estamos inmersos con una permanente incertidumbre social debido a las chanzas y el mal gusto de algunos, que no nos permite ver la meta, el lugar de triunfo de la vida de cada quien. Nos han tenido por experimento social donde la pasión se desborda por un equipo de futbol donde se es capaz hasta de asesinar a otro con la mayor impunidad y desfachatez, pero no somos capaces de saltar rejas (como las de cualquier estadio para invadir cancha) atenidos a la soberbia de una manada de chacales que va en busca de una presa, pero no se es capaz de defender a la familia con actitudes en consonancia.

En ese aspecto cultural les estamos haciendo los mandados a los poderosos que se burlan cada vez que hay muertos en un partido o un par de ciudadanos que queman llantas en cualquier calle, más bien se ponen a brindar desde lo alto de sus edificios viendo esas manifestaciones como si de hormigas se tratase, brindando con las más finos licores y bocadillos, planeando el próximo relajo.

Es por ello que el mandato es trabajar para ser dignificados, no hay otra manera, ya que solo así se puede construir al mundo para que sea un mejor lugar. Por eso hay que poner atención a aquellos que andan por todos lados anunciando desgracias sin fin y arrean a los pueblos con ideas fantasiosas metiendo miedo colectivo y de allí ocurre la llamada anulación, lo cual impide mentalmente a las comunidades el salir adelante con algún proyecto de agua o de desarrollo. Esa anulación sirve para tener a las personas subyugadas mentalmente en provecho de esos pseudolíderes.

Otras cosas que hunden al ser humano es la ley del menor esfuerzo y el estar atenido, admirado, esperando que la solución caiga del cielo cuando lo único que puede caer es lluvia y gratis. Cada quien debe esforzarse, o escuchar los malos augurios, resolver lo que está al alcance de uno y esas cosas complejas que suceden alrededor del planeta, que sean resueltas por quienes tienen esa responsabilidad, uno no puede hacerlo desde u cafetín o desde la comodidad de un salón.

Honduras nos necesita más que nunca, pero sanos de mente, fuertes de cuerpo, con deseos de triunfar individualmente, para erradicar esos males que obligan a ser reseñados en notas rojas, esa violencia que nos tiene paralizados con amenazas por todos lados sin que se vea la luz al final del túnel debido a las insuficientes políticas de seguridad. Dejemos ya, pues, de estar con la boca abierta, admirados y distraídos.

EditorialAdmirados y distraídos

Hoy en Deportes