23.3 C
Honduras
lunes, abril 29, 2024

Abogados del futuro

Los profesionales del Derecho nunca se han distinguido por ser particularmente adeptos a las grandes transformaciones o avances tecnológicos, mucho menos aquellos que implican un distanciamiento de los procesos tradicionales para ejercer la profesión. Evidentemente, la innovación siempre conlleva cierto nivel de riesgo a quienes integran el sector legal, especialmente a aquellos de generaciones anteriores a los nativos digitales, son particularmente reacios. Sin embargo, la digitalización de los despachos jurídicos es una tarea que ya no puede postergarse.

En la actualidad, la tecnología ejerce una influencia sin precedentes en prácticamente todos los aspectos de nuestras sociedades. Esto incluye un terreno que durante mucho tiempo se ha considerado inmutable: el mundo del Derecho. La era digital ha traído consigo cambios profundos en la práctica legal, lo que ha llevado a una creciente necesidad de especialización en tecnología y metodologías digitales entre los profesionales del Derecho de todo el mundo y Honduras no es la excepción.

Todo en nuestras vidas está migrado rápidamente hacia la digitalización y con ello el proceso de transformación de los bufetes se aproxima a un punto de inflexión. La tecnología no reemplazará a los abogados, pero aquellos que no se formen en las nuevas herramientas y programas digitales quedarán rezagados y en una incómoda posición de desventaja. Y es que absolutamente todos los aspectos pertinentes a la profesión se están digitalizando, por lo que la falta de destrezas en la materia podría llegar hasta a imposibilitar el cumplimiento de nuestras obligaciones profesionales.

Ya en Honduras se desarrollan los primeros ensayos, específicamente en materia penal, con expedientes digitales, audiencias remotas y otros mecanismos que pronto se irán desplegando hacia juzgados de diferente naturaleza. Similarmente, la tendencia en materia administrativa, es decir, todo aquello que tienen que ver con trámites ante las entidades del Estado, tiende a que éstas se ejecuten en plataformas en línea, muchas veces con componentes que requieren de conocimientos especiales para su uso adecuado y eficaz. También se aproxima la digitalización de los servicios notariales y, consecuentemente, de los registros de la propiedad inmueble y mercantil.

Todo lo anterior se queda corto si contemplamos las ilimitadas oportunidades de innovación y disrupción que presentan la inteligencia artificial, el ‘blockchain’, ciberseguridad y la protección de datos, entre muchos otros, que están produciendo nuevos desafíos jurídicos y una avalancha de reformas reglamentarias. Ya en esta época casi un 70 % de las labores de los despachos legales son “automatizables”. Esto significa que quienes automaticen sus procesos podrán beneficiarse de una reducción de costos y mayor productividad, mientras que los que no lo hagan, rápidamente perderán competitividad.

La digitalización no solo se trata de cumplir con los requisitos del entorno, sino también de mejorar la calidad de los servicios legales. La implementación de herramientas ‘legaltech’ no solo agiliza procesos, sino que también permite un acceso más rápido y preciso a la información, facilitando la toma de decisiones. La automatización de tareas rutinarias libera tiempo valioso para que los abogados se enfoquen en aspectos estratégicos y consultoría especializada.

Además, la posibilidad de ofrecer servicios en línea amplía la cobertura y la accesibilidad de los despachos, llegando a un espectro más amplio de clientes y contribuyendo a la democratización del acceso a la justicia. La digitalización, por lo tanto, no solo es una necesidad impuesta por el entorno legal y tecnológico, sino también una oportunidad para elevar la eficiencia y la calidad de los servicios jurídicos, fortaleciendo así la posición competitiva de los despachos en el panorama legal de Honduras, sin perjuicio de que ya se están presentado corrientes de liberalización de los servicios legales que ahora son prestados por empresas que no están integradas por abogados.

En el actual entorno jurídico hondureño, la imperativa necesidad de adaptación a las demandas digitales también es una estrategia clave para prosperar en un ecosistema legal cada vez más complejo y competitivo. La resistencia a la digitalización ya no es una opción viable, y la flexibilidad y adaptabilidad son ahora las herramientas fundamentales que permitirán a los despachos no solo sobrevivir, sino destacar en un mundo legal en constante evolución. La ventana de oportunidad está abierta, y la responsabilidad recae en cada despacho para dirigir su futuro antes de que la marea digital arrastre a aquellos que se resisten a un cambio inevitable.

Correo: [email protected]

- Publicidad -spot_img

Más en Opinión: