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sábado, abril 27, 2024

A nadie le preocupa

No puedo evitar sorprenderme, impresionarme y asustarme al ver y confirmar lo mal que estamos como sociedad. Basta con hacer un simple ejercicio como los tantos que se han hecho en los que se va de calle en calle, por tiendas, mercados, restaurantes y demás, haciendo preguntas sobre cultura general a las personas, y de verdad que nos espantaremos ante tanta falta de interés que impera hoy en día. Una buena mayoría de gente desconoce datos importantes sobre el lugar donde ha nacido, sobre los artistas más destacados, esos que han dejado huella en el mundo de la pintura, la música, etc. Mucho menos están enterados sobre literatura, cine o teatro. Increíblemente a veces, ni si quiera saben mucho sobre sus propios orígenes. Una cosa inadmisible me parece a mí. Pero más inaudito me resulta el hecho de que conozcan a perfección el rostro y detalles de la vida de personajes que han venido a hacerse famosos por hacer payasadas, vulgaridades y sandeces en esas redes sociales, que existen nada más que para asegurarse que todo el mundo pierda tiempo valioso viendo nada productivo. Al igual que conocen y ubican súper bien y a la primera a estos pseudo músicos de moda, pero no tienen idea de los que realmente marcaron una diferencia en ese arte.
O sea, usted le pone una fotografía de Gustavo Cerati, por ejemplo, y otra de uno de estos tipos de los que le hablo y prácticamente nadie reconoce ni conoce al primero, pero saben los pormenores del segundo. Así de mal estamos y yo insisto en que a los que les tocó ser padres en estos días tienen un gran desafío; evitar que sus hijos caigan en ese círculo de personas con cerebros vacíos. Es muy preocupante. Y sin embargo yo no veo ni escucho a mucha gente consternada ni mucho menos. Y bueno, uno diría que es cosa de la nueva generación que son solo los jóvenes los que están inmersos en ese mundo de banalidades, pero no, hay demasiados mayorcitos en el mismo estado de entorpecimiento intelectual. Demasiados.Nuestro cerebro es una joya que pocas veces apreciamos. No lo hacemos cuando lo hemos dejado a merced de la pantalla y la cantidad de tonterías a la que prestamos atención en internet. El cerebro, como buen músculo que es, necesita ejercitarse, los neurotransmisores, por ejemplo, que son responsables de cosas tan importantes y esenciales como la atención, memoria, motivación, el estado de ánimo, el sueño, la concentración, el juicio, el movimiento, el planeamiento, el aprendizaje, etc., etc. Estas sustancias químicas necesitan de neuronas sanas que les ayuden a hacer bien su trabajo. Y sin embargo es muy difícil que estas células nerviosas hagan las conexiones necesarias si no reciben estímulos específicos. Cuando dormimos las horas que necesitamos, nos alimentamos adecuadamente, tocamos un instrumento musical, cuando leemos con regularidad, cuando viajamos a lugares desconocidos, cuando aprendemos un nuevo idioma, cuando hacemos ejercicio, cuando nos reunimos a conversar con los amigos, estamos fortaleciendo nuestras neuronas y estas a la vez permiten que los neurotransmisores hagan bien su labor. Si estos últimos no lo logran entonces podemos comenzar a padecer exceso de ansiedad, parálisis, letargo, Alzheimer, insomnios, depresiones, conductas agresivas, trastornos alimentarios, aneurismas. Y la lista puede seguir. Tome en cuenta de que cada hora que usted permanece pegado a la pantalla, le está quitando vida a su cerebro y a sus vitales funciones. Tómelo en cuenta.

Emy James
Emy James
Emy James, psicóloga y Máster en Educación, escritora a nivel profesional. Trabaja en teatro y radio y es también docente.
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