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viernes, abril 26, 2024

De bullarangas a relajos

Con la misma pasión por dar vía bajo la lluvia, por cuidar los caballos, por barrer las calles con mangueras de presión, con esa misma actitud, el señor alcalde de San Pedro Sula se dio a la tarea de corregir un problema del alto volumen en ciertos antros que, aunque es muy serio, es mínimo comparado con la cantidad enorme de situaciones que debe resolver y por lo que puso a su hermano para salir electo y con una posterior designación, ser ungido como alcalde sin haber sido depositario de voto alguno, aparte de los agarrones que sostiene con el vicealcalde por no soltar la silla.

Cosa en la que nadie quiere meterse, como si no fuesen depositarios de autoridad, es con solucionar el tema de los vendedores estacionarios en el centro de la ciudad quienes tienen todo el derecho a trabajar honradamente, pero ese no es el tema, la realidad que se está tratando es el orden, limpieza, ornato y vialidad de esas calles por ellos ocupadas. Eso se desata cada cierto tiempo cuando tocan esos intereses y aún no podemos saber cuál es el verdadero trasfondo para permitir el desorden, ya que los vendedores pueden perfectamente hacerlo sin ningún problema, siempre y cuando respeten esas cuatro facetas arriba anotadas.

Sin duda, la democracia tiene sus grietas por donde se fuga la presión del autoritarismo y eso es algo muy bueno y más cuando el pueblo ejerce su derecho a protestar y que el detonante de las manifestaciones de la jornada fue a causa de tres disparos al aire hechos por un guardia de seguridad de la zona, la autoridad no ha hecho uso de la fuerza extrema y el uso de un arma de fuego tiene sus consecuencias de tipo penal.

En cuanto al tema de los decibeles, el señor alcalde debe asumir que no solo se trata de los restaurantes o centros de diversión, más bien hay otras fuentes como los tubos de escape de motocicletas y automóviles, así como los voceadores en carros que venden verduras o compran chatarra, maquinaria de ciertos talleres con los acompañantes que son golpes de martillo y otros generadores de ruido. Si es solo con eso, se ha quedado corto el señor Contreras, ahí se ve claro que ser alcalde no es ser un pequeño emperador que baila en fiestas y encima de carrozas, es de ponerse serio, muy serio con lo que nos aqueja y por lo que se pagan impuestos.

El pueblo tiene derecho a trabajar honradamente, pero en orden, y tiene derecho a protestar siempre y cuando no quite los derechos a los demás. Apoyamos las protestas y las exigencias populares y más en tiempos de crisis y que eso no desate una vorágine de violencia, y la autoridad debe darse a respetar con gestión transparente, sin circos propios de décadas pasadas, honrando las deudas a sus proveedores que es otra tarea pendiente de la ciudad. ¿Los decibeles en los restaurantes?, está bien, pero, se ha quedado muy corto, señor alcalde, no vaya a ser más bien que la camisa sea muy grande. Ojalá y su gestión sea histórica por exitosa, es lo menos que podemos desear.

EditorialDe bullarangas a relajos

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