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viernes, abril 26, 2024

Un verdugo celestial

Uno de los testimonios que recibimos en el correo de nuestra columna, nos relata su experiencia sobre este tema. “Sufrí en silencio por 10 años”. “Después del maltrato verbal, siguieron los golpes”. “Lloraba todos los días”. “No pude hablarlo con nadie, porque es un líder de la iglesia y nadie me creería”. “Pasaba enferma y los hermanos de la iglesia decían que quizás era por algún pecado oculto”. “Mis hijos sufrieron demasiado y ahora más bien detestan todo lo que huela a iglesia”, “Llevaba una doble vida, en la iglesia era atento, solidario, alegre, servicial, pero en la casa por cualquier cosa se alteraba, me dejaba de hablar por semanas enteras”. “Pedí el divorcio y ahora soy juzgada por no haber resistido en fe”.

VIOLENCIA RELIGIOSA: Es un tipo de abuso, que utiliza la manipulación religiosa con el fin de generar culpa en la víctima. El verdugo (mujer o varón), de manera constante elige versículos, rituales o creencias que minimizan, que imputan pecado, resaltando imperfección o impureza, haciendo burla de las caídas o debilidades personales, buscando recriminar, censurar, enjuiciar el comportamiento que se sale de los estrictos estándares de la santidad establecida o deseada por la persona que agrede.

SIGNOS DE VIOLENCIA RELIGIOSA: La mayoría de las personas que sufren violencia religiosa mencionan que esta situación es muy difícil de detectar, ya que se desarrolla de manera sutil y hasta celestial. Es por eso que es muy importante reconocer los signos, lee con nosotros algunas frases que puedes haber escuchado o dicho:

  • TE FALTA FE: Aún no has orado lo suficiente, eres culpable por no haberme atendido como corresponde, aún tienes muchas dudas en tu corazón, porque te estás dejando usar por el enemigo para traer maldición a este hogar. Hablaré con tu líder para ver si te puede ayudar.
  • NO ERES UNA ABIGAÍL: Recuerda que la Biblia dice que ella era una mujer sensata y humilde, que, además, era hermosa y espiritual y tú estas muy lejos de serlo, pues no actúas con sabiduría, más bien pareces una Dalila, que se deja sobornar por los filisteos, siendo desleal y egoísta o como una Eva que, desde sus inicios, vive en desobediencia. Ora y pide clemencia, para ya no parecerte a Jezabel, ya que, vistiéndote así, eres una inmoral y caprichosa.
  • SOY TU AYUDA IDÓNEA: Recuerda que la Biblia dice que debes tratarme como a vaso frágil, que debes dejar a madre y padre y que ahora somos una sola carne, así que deja de apoyarles. El que encuentra esposa halla el bien y es por eso que Dios aún es benevolente contigo.

SU OBJETIVO: El signo inequívoco que debemos detectar es porqué se utilizan estas frases, si su finalidad tiene un contenido de destrucción o culpa, de manipulación, si lleva la intención de ejercer control, si lo dicen con el empeño de generar temor, si lo usan para justificar una mala acción, trastocando a su favor y descontextualizando la naturaleza pura del texto o creencia. Diferente es cuando el fin es enmendar, reparar o resarcir claramente algo, el ambiente y contexto de la frase se mantiene en paz, buscando conciliación y armonía, respetando en todo tiempo el libre albedrío de la persona. ¡Presta atención y analiza entonces esta diferencia!

Eureka te invita a que escribas parte de tu historia al correo: [email protected], tu relato será anónimo y lo tendremos como testimonio de voz para las demás personas que sufren en silencio.

 

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