Washington. La administración del expresidente Donald Trump estaría considerando invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para acelerar deportaciones masivas en los próximos días, según fuentes cercanas a las discusiones gubernamentales.
Esta legislación, creada en el siglo XVIII, otorga amplios poderes al presidente para identificar y expulsar a inmigrantes indocumentados en tiempos de guerra.
Sin embargo, expertos legales advierten que su aplicación en el contexto actual enfrentaría serios desafíos en los tribunales, ya que Estados Unidos no está en guerra con otra nación ni ha sido invadido por un gobierno extranjero.
Objetivo: el Tren de Aragua
El principal enfoque de esta posible medida sería el Tren de Aragua (TDA), una organización criminal venezolana recientemente designada como grupo terrorista extranjero en EE. UU.
Se espera que Trump ordene el uso de la ley para facilitar la expulsión de personas vinculadas con esta estructura delictiva.
De acuerdo con fuentes oficiales, el anuncio de la aplicación de la norma podría darse tan pronto como este viernes, mientras las autoridades afinan los detalles operativos.
Desafíos legales y antecedentes históricos
La Ley de Enemigos Extranjeros ha sido invocada solo en tres ocasiones en la historia de EE. UU., todas en contextos de guerra.
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Se utilizó durante la Primera y Segunda Guerra Mundial para justificar la detención y deportación de inmigrantes alemanes, austrohúngaros, italianos y japoneses.
Uno de sus usos más controversiales fue su papel en la política de internamiento de ciudadanos japoneses en EE. UU., medida ampliamente criticada y considerada una violación a los derechos humanos.
A pesar de estos antecedentes, expertos en derecho consideran que sería difícil justificar su aplicación en la actualidad, incluso si la administración argumenta que grupos criminales representan una amenaza para la seguridad nacional.
El Departamento de Seguridad Nacional aún no ha emitido comentarios oficiales sobre la posibilidad de invocar esta legislación.