OMOA, CORTÉS. Con pastillas para curar frijoles y en la tumba de su hermano muerto hace más de un mes se envenenó el joven José Danilo Alvarado Santiago.
Este lamentable hecho se suscitó en el cementerio de la comunidad de El Paraíso. En un intento por salvarle la vida, el joven fue trasladado a la emergencia del hospital porteño, pero murió.
Desde que mataron a su hermano Marvin Alvarado, José Danilo se sintió deprimido al ver continuamente a su mamá llorar por ese hecho.
También el infortunado muchacho se había quedado sin trabajo, luego que una señora de San Pedro Sula lo despidió sin darle ni un centavo después que le cuidó una casa en la playa de Omoa, cabecera municipal.
Su esposa Erika de Alvarado, con quien vivió seis años y procreó una niña, dijo que el dolor es intenso en la familia porque ellos han visto a los supuestos autores de la muerte de Marvin Alvarado y lamentan que ese crimen no esté siendo investigado.
José Danilo y Marvin, el pasado de abril, fueron requeridos por una patrulla militar cuando iban a vender pan en el retén de Pueblo Nuevo-Omoa por no portar mascarillas y al no justificar esta conducta, que es obligatoria para todos en esta emergencia sanitaria, comenzaron a discutir y forcejear con los soldados.
En este incidente se le disparó el arma a uno de los militares del retén que dejó herido a Marvin Alvarado (25) quien fue trasladado de emergencia al hospital regional en San Pedro Sula donde al día siguiente falleció. Desde entonces José Danilo Alvarado Santiago ya no andaba en su sano juicio por lo que decidió quitarse la vida ingiriendo pastillas para curar frijoles.
