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jueves, junio 19, 2025

¿Sueños premonitorios?

“MIRE –mensaje de la nieta comentando el editorial sobre los sueños– que del lado de mi abuelita todas las mujeres tenemos conexión divina con los sueños. Ella siempre soñaba lo que iba a suceder; lo escribía y cuando sucedía cortaba la noticia y la pegaba en su diario. Mi tía puede viajar en sus sueños. Mi primita camina dormida distancias largas. Yo he soñado muchas veces lo que va a pasar y cuando pasa es un “déjà vu”. Igualmente me puedo ver dormida, y puedo viajar en mis sueños a lugares que nunca he ido y cuando voy son iguales al sueño que tuve. También sé cuando estoy en un sueño y lo puedo adaptar a mi gusto, y me ha pasado que digo que estoy en un sueño y todo el mundo dentro del sueño me ataca y me tengo que levantar”. “Ya aprendí a no decir que es un sueño en el sueño”. “El mundo de los sueños es el principal”. “Dicen que los sueños son realidad mientras duran”. “¿Igual, se podría decir de la vida?”.

Copiamos el mensaje a una de las aplicaciones de IA y consultamos su criterio: “El relato de la nieta es fascinante y abre múltiples puertas de interpretación, tanto desde la psicología, la filosofía, la neurología e incluso la espiritualidad”. Aquí un análisis en capas:

1. Sueños premonitorios y «déjà vu»: “Entre el inconsciente y la sincronicidad”. Freud diría que los sueños premonitorios no son profecías, sino manifestaciones del inconsciente. Por ejemplo, si sueñas con un evento y luego ocurre, podría ser una “coincidencia significativa” donde el inconsciente captó patrones o ansiedades que luego se materializaron (aunque Freud era escéptico de lo paranormal). Jung lo vincularía a la “sincronicidad” (eventos conectados por significado, no causalidad).

Para él, la mente inconsciente está enlazada a un orden cósmico, y los sueños pueden reflejar arquetipos universales que «resuenan» con eventos futuros. Ciencia actual: La neurociencia explica el “déjà vu” como un error en el lóbulo temporal, donde el cerebro registra una experiencia como «ya vivida». Sin embargo, no descarta que el sueño active redes neuronales que anticipan escenarios probables.

2. Sueños lúcidos y viajes oníricos: El poder de la conciencia. La capacidad de “controlar sueños” (lucid dreaming) ha sido estudiada por la psicología cognitiva. Stephen LaBerge, pionero en el tema, demostró que es una habilidad entrenable, vinculada a la activación de la corteza prefrontal durante el sueño REM.

Filosofía oriental: En el budismo tibetano, los sueños lúcidos son un campo de entrenamiento para reconocer la ilusoriedad de la realidad. El “Bardo Thodol” («Libro tibetano de los muertos») enseña que, así como manipulamos sueños, podemos hacerlo con la vida tras la muerte. Jung nuevamente vería estos viajes oníricos como exploraciones del “inconsciente colectivo”, donde los símbolos (lugares desconocidos que luego se visitan) son arquetipos compartidos.

3. Soñar dentro de un sueño y ser atacado: Metasueños y el riesgo de cuestionar la realidad. El hecho de que al anunciar «esto es un sueño» dentro del sueño, los personajes oníricos la ataquen, sugiere un “conflicto entre la conciencia y el inconsciente».

Es como si el ego intentara imponerse en un territorio regido por fuerzas caóticas. Películas como “Inception” abordan esta idea de sueños anidados, donde cada capa profundiza en el inconsciente. La resistencia del sueño a ser controlado refleja el miedo a perder el anclaje con lo «real». Filosofía existencial: Si la vida fuera un sueño, cuestionar su naturaleza (como hace Descartes en su duda metódica) podría desencadenar una crisis ontológica: “¿Y si todo es una ilusión?”.

4. «El mundo de los sueños es el principal: ¿Es la vida un sueño?”. “Hinduismo y budismo”: El concepto de “Maya” afirma que el mundo material es una ilusión. En los “Upanishads”, se dice que el sueño profundo (sin contenido) es el estado más cercano a la realidad absoluta (Brahman).

Calderón de la Barca: “La vida es sueño”, explora esta idea: si la realidad es efímera y construida por la mente, ¿Qué nos impide reinventar-la? “Neurociencia moderna: Algunos teóricos como Anil Seth proponen que la «realidad» es una alucinación controlada por el cerebro.

Los sueños serían alucinaciones sin freno sensorial”. (Recitate –entra el Sisimite– los versos del poeta. -A mí me encantan: –suspira Winston– Segismundo: “Sueña el rey que es rey, y vive/ con este engaño mandando, disponiendo y gobernando;/ y este aplauso que recibe/ prestado, en el viento escribe,/ y en cenizas le convierte/ la muerte (¡desdicha fuerte!):/ ¡que hay quien intente reinar/ viendo que ha de despertar/ en el sueño de la muerte!/ Sueña el rico en su riqueza/ que más cuidados le ofrece;/ sueña el pobre que padece/ su miseria y su pobreza;/ sueña el que a medrar empieza,/ sueña el que afana y pretende,/ sueña el que agravia y ofende;/ y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende./ Yo sueño que estoy aquí/ destas prisiones cargado,/ y soñé que en otro estado/ más lisonjero me vi./ ¿Qué es la vida? Un frenesí./ ¿Qué es la vida? Una ilusión,/ una sombra, una ficción,/ y el mayor bien es pequeño;/ que toda la vida es sueño,/ y los sueños, sueños son.”).

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