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jueves, junio 19, 2025

¿Soñar despierto?

“ESTA bandida –mensaje de la mamá de la nena de los cuentos– dijo que iba a contar mis cuentos locos; qué pena, ja, ja, ja…”. -“Bueno, es muy gracioso para que lo mandes” -inicia la conversación entre la mamá y la nena. -Pero yo estaba dormida –le dice la mamá– ¿Cómo vas a contar eso?; y en mi defensa, hay días que traigo más sueño que vida y me quedo dormida; yo no me acuerdo de haber dicho nada”. -“Pero yo sí me acuerdo –dice la nena– entonces así es el cuento”, dijiste: “Había una vez — dijiste– había una vez una pata que no quería bañarse porque el agua estaba muy fría… en resumen dijiste que la pata no se quería bañar porque el agua estaba súper fría; solo que todos querían que se bañara, pero ella no quería, ese era el problema”. “Pero después, dijiste, entonces vino el ratón” -Ajá, ¿y qué dijo el ratón? -“El ratón dijo: Hay que freír a la tortuga, freír a la tortuga y después la tortuga dijo tonto, no ves que no me podés freir”. “Vino la pata y dijo hay que comer chorizo”… sí estaba muy gracioso”.

Y después dijiste: “las piñas en los piñales…, me dijiste: la pata, le preguntó a la piña ¿que si se querían casar?”. “Y que las piñas no querían casarse, ay no sé, si son bien aburridas y que mejor las naranjas”. -“En conclusión ¿tu mamá estaba dormida ese día? -Sí. -“Bueno, yo lo único que recuerdo es que las carcajadas de la nena al final me levantaron”. -“Es que al ratito, mira, o sea cuando habías terminado de contar, habías terminado entre comillas el cuento, o sea habías terminado la parte más zoológica del cuento que fue la minoría; o sea paraste y te quedaste así dormida, ajá ¿y el cuento?”. -“Voy a procurar en este momento –se despide la mama– hacer un cuento, aunque la verdad es que a veces ya no sé ni qué inventar, porque un cuento durante todos estos años inventado, a veces pierdo las ideas… bye bye”. (Fin de la conversación y el mensaje de voz). ¿Es posible –consulta Winston a la IA– contar cuentos mientras se está dormido?

“Sí, es posible que algunas personas hablen o incluso relaten historias coherentes durante el sueño. Este fenómeno se conoce como “somniloquia” (hablar en sueños), un tipo de “parasomnia” (trastorno del sueño). En casos excepcionales, personas con trastornos como el “trastorno de conducta del sueño REM” (TCSR) pueden actuar físicamente o verbalizar escenas oníricas complejas, lo que podría incluir frases narrativas. Sin embargo, la somniloquia típica suele ser fragmentaria y carente de coherencia”. ¿Qué motiva los sueños? -consulta el Sisimite: “Los sueños ocurren principalmente durante la fase “REM” (movimiento ocular rápido) del sueño, aunque también en otras etapas. Su origen y función siguen siendo objeto de estudio, pero las teorías más aceptadas incluyen: Procesamiento emocional: El cerebro organiza experiencias y emociones del día (teoría de la consolidación emocional)”. “Síntesis de información: La hipótesis de “activación-síntesis” sugiere que el cerebro genera historias aleatorias a partir de señales neuronales caóticas”. “Simulación de amenazas: Algunos evolucionistas proponen que los sueños son un «ensayo» para enfrentar peligros”. “Memoria y aprendizaje: Se cree que el sueño REM consolida recuerdos y elimina información irrelevante”. “No hay una única causa, sino una combinación de factores biológicos, psicológicos y evolutivos”.

(Y te has preguntado –entra el Sisimite– ¿por qué unos recuerdan lo que soñaron y otros no? -Pues te diré –explica Winston– la capacidad de recordar sueños varía debido a factores como: Momento del despertar: Quienes despiertan durante o justo después de la fase REM tienden a recordar más. Actividad cerebral: Mayor actividad en la “unión temporoparietal” (asociada a la atención) y el “córtex prefrontal” (memoria) favorece el recuerdo. Pero también –interrumpe el Sisimite– hay diferencias individuales: Personas con mayor creatividad o tendencia a la reflexión suelen recordar más sueños. Hábitos: Llevar un diario de sueños o prestar atención a los sueños al despertar mejora la retención. Genética y género: Estudios sugieren que las mujeres suelen recordar más sueños que los hombres, posiblemente por diferencias hormonales o de atención. Calidad del sueño: El estrés, el alcohol o fármacos que suprimen el REM reducen la memoria onírica”. -Fijate –ironiza Winston– que yo soñé con esa mujer que sueña. Y soñé que ella estaba soñando conmigo. -Eso es –le recuerda el Sisimite– “Me Alquilo Para Soñar”, de los Cuentos Peregrinos de Gabriel García Márquez. -Sí –suspira Winston– ya ese cuento fue objeto de un comentario en otro editorial. Pero por si las moscas, y uno habla en los sueños, lo mejor es “soñar despierto”).

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