Cuando usted ve algo roto, me dijo serio, sabe que está roto, sabe que, por ende, no funciona y sabe que hay que ver cómo se arregla o, si no se puede, cómo se cambia o se desecha. Como en estas tierras, dijo serio, la economía no es un tema de opulencia, pues buscamos cómo repararlo, remendarlo pues, para que siga funcionando y sirviendo para lo que se creó, que, generalmente, es para un fin que nos ayuda. Imagínese, me dijo, señalando un trípode en la esquina, roto el pobre de una de sus patas, ¿ve ese trípode? Su función es sostener algo, lo que se le ponga, para que me sirva en la función que sea y pueda mejorar yo, el trípode para eso se creó, única y exclusivamente para cargar lo que sea necesario para que yo, como su dueño, pueda lograr mi meta, no es al revés, es así de simple, tres patas juntas que trabajan juntas para sostener algo que yo le ponga, esa es la máxima aspiración del trípode, servirme con gusto, el tiempo que desee, para eso fue hecho.
Pero mire este pobre, en una esquina, con su pata rota, ya no es funcional, para lo que fue hecho ya no es, la fuerza compartida, el equilibrio, la capacidad de cargar y, sobre todo, la función propia de cualquier trípode, ya no se puede realizar, todo se traduce en un trípode roto, disfuncional y sin objetivo, ¿qué le queda al pobre? Pues, ver si se puede reparar, ver si se puede corregir, si puede volver a tener una segunda vida, para volver un trípode saludable que me sirva como Dios manda o…
Me dijo con una sonrisa pícara, si no se puede pues se desecha, se cambia, se bota y se consigue uno que sí cumpla con sus funciones, ¿quién en su sano juicio usaría algo roto? ¿Algo que puede complicarle la vida y trae dolores de cabeza?, nadie, diría yo, pues así estamos aquí me dijo, estamos con una democracia coja, uno o varios de los tres poderes están rotos y así no se puede, nuestro trípode está roto y tenemos que arreglarlo, tenemos que ver cómo se repara para que nos sostenga, tenemos que ver cómo se repara, tenemos que pasar de una democracia coja a la democracia que debemos tener, tenemos que reparar nuestro trípode, que los tres poderes trabajen como deben, que sean, como dice la Constitución, separados pero trabajando juntos por nosotros, tenemos que arreglar el trípode y, si no podemos, si vemos que es imposible, si no podemos corregir, pues toca cambiarlo, toca uno nuevo, un trípode que nos funcione a todos…
