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Honduras
viernes, abril 26, 2024

Signo grave

Cuando se es responsable en el ejercicio gubernamental, simplemente los resultados se ven con claridad, la población aprueba cualquier decisión que se encamine a resolver lo más importante y urgente dentro del plano socioeconómico. Hoy lamentamos el crimen suscitado hace un par de días en Comayagüela donde, hasta el momento, se tiene el registro de seis jóvenes que fueron abatidos a balazos. A estas alturas y al notar que no está sucediendo nada que uno pueda decir que las cosas mejoran, simplemente entra la misma decepción y el temor de se apodera de la población entera.

Cualquiera pudiera hasta celebrar y eso también es otro mal signo, ya que la insensibilidad ante el dolor ajeno con una cultura de muerte aceptada solo “porque se lo merecían”, no tiene sentido y más bien eso alimenta ese ejercicio. Debemos saber que ello la violencia tiene un impacto incluso en el desarrollo físico, social y emocional de los niños. Este tema analiza cómo enfrentar y prevenir posibles resultados negativos en los niños expuestos a la violencia social y cómo intervenir y establecer los recursos necesarios. Y apuntamos esto porque detrás de cada joven asesinado hay niños, hijos, además padres, madres y ese dolor debería sentirlo cada hondureño ya que, así como estamos a merced de cualquier arranque violento, hoy sin ellos mañana puede ser uno mismo.

Un artículo de enero de 2022 de Human Rights Watch (HRW) observa que gran parte de la violencia, lo que sucede en Honduras está relacionado con las pandillas. “Pandillas ejercen control territorial sobre algunos barrios y extorsionan a los vecinos a través del país. Reclutan niños a la fuerza y abusan sexualmente de mujeres, niñas y personas Lgbt. Las pandillas matan, desaparecen, violan o desplazan a quienes resisten. Las pandillas, se consideran en gran parte responsables de la tasa de homicidios de Honduras, y son tristemente célebres por la extorsión y el tráfico de drogas. Aunque Honduras ha reducido su tasa de homicidios a la mitad desde 2011, sigue siendo uno de las más altas del mundo, con 44.8 asesinatos por cada 100,000 habitantes en 2019”. (HRW, 13 de enero 2022).

Es hora ya de actuar sin demagogia, con resultados en el corto plazo, la juventud se sigue perdiendo y la culpa realmente es de todos, sin excepción. Si vemos un poco en el pasado reciente, las cosas no han cambiado mucho. “De 2010 a 2014, Honduras tuvo la tasa de homicidios más alta del mundo para cualquier país que no sea en guerra”. (Yansura, septiembre de 2022, p. 3), afirma un informe de septiembre de 2022 sobre extorsión en Centroamérica por Julia Yansura, directora de Programas para América Latina y el Caribe en Global Financial Integrity, un grupo de expertos con sede en Washington, DC centrado en flujos financieros, corrupción, comercio ilícito y lavado de dinero.

La tasa de homicidios de Honduras pasó de 86.5 por 100,000 habitantes en 2011 a 60 por 100,000 en 2015 (InSight Crime, 19 de febrero de 2016) a 39 por 100,000 en 2021 (Freedom House, 24 de febrero de 2016. Algunas fuentes informan que las cifras oficiales sobre homicidios son cuestionadas por algunos que cree que son manipulados (InSight Crime, 13 de agosto de 2014; Freedom House, 27 de enero 2016; BBC, 2 de febrero de 2016). Definitivamente no estamos bien, cualquier discurso oficial ya no es necesario, la hora de actuar ha llegado.

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