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domingo, julio 13, 2025

¿Sabías que una mariposa se extinguió por culpa de los humanos?

La mariposa azul Xerces (Glaucopsyche xerces) fue una pequeña pero hermosa mariposa endémica de las dunas costeras del área de San Francisco, California, donde solía revolotear entre las flores de lupina y otras especies nativas.

Se caracterizaba por su color azul vibrante con bordes pálidos en las alas, que contrastaban con el gris arenoso de su hábitat natural.

Su presencia fue documentada por primera vez en el siglo XIX, y durante décadas fue parte del ecosistema costero californiano.

Sin embargo, a medida que San Francisco creció como ciudad, el entorno natural que sustentaba a la Xerces fue reemplazado por infraestructura urbana, caminos y viviendas, lo que provocó la desaparición progresiva de las plantas de las que dependía para su ciclo vital.

A mediados del siglo XX, ya no se registraban avistamientos de la especie. En 1943, el entomólogo canadiense R. R. Snodgrass capturó lo que se considera el último espécimen conocido, y desde entonces, la Xerces ha sido oficialmente declarada extinta.

Primera mariposa extinta por acción humana en América del Norte

La mariposa azul Xerces se convirtió en la primera mariposa de América del Norte que se extinguió a causa directa de la intervención humana, marcando un punto de inflexión en los estudios sobre conservación.

Su caso es uno de los ejemplos más citados en la biología de la conservación moderna, sirviendo como advertencia sobre las consecuencias de ignorar el impacto humano sobre hábitats frágiles y especies especializadas.

Legado ecológico y cultural

Aunque pequeña, la Xerces dejó una huella profunda en la conciencia ambiental. Inspiró la creación de la Xerces Society for Invertebrate Conservation, una organización sin fines de lucro fundada en 1971, dedicada a la protección de mariposas, abejas, escarabajos y otros insectos esenciales para la biodiversidad.

La sociedad trabaja en proyectos de restauración de hábitats, educación ambiental y políticas de conservación en todo Estados Unidos y más allá.

El legado de la mariposa Xerces también ha influido en las políticas de restauración ecológica en la región de la Bahía de San Francisco, donde algunos esfuerzos intentan recrear ambientes similares a los que la especie alguna vez habitó, con la esperanza de conservar otras especies en riesgo y restaurar el equilibrio natural.

Un símbolo de lo que se puede perder

Hoy, la Xerces es recordada no solo como una víctima del progreso sin planificación ecológica, sino como símbolo de la urgencia de actuar temprano en la conservación de especies.

Su historia ha sido usada en campañas educativas, publicaciones científicas y documentales, alertando sobre la pérdida de biodiversidad global.

Cada especie cuenta en la compleja red de la vida. La desaparición de la mariposa azul Xerces fue una llamada de atención hace casi un siglo, y sigue siendo una lección vigente sobre el precio de la inacción.

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