Luna del Puente, un refugio aún por descubrir para la mayoría de los hondureños, oculto entre la espesura de un bosque protegido que se ubica cerca de la aldea de San Isidro, en Santa Cruz de Yojoa, recibió en días recientes la Bandera Azul Ecológica, una certificación que otorga el Gobierno para incentivar la conservación de los recursos naturales.
En este sitio habitan y se refugian especies que muy pocos han tenido la oportunidad de ver al menos una vez en su vida. Aves y animales que dudaríamos en creer que son parte de nuestra fauna.
Afortunadamente, es algo real, y las gráficas que ilustran este reportaje son la prueba visual de ello. Sin embargo, debe saber que no todos tendrán la fortuna de atrapar con su lente a una de estas hermosas criaturas. Se ocupa, además, de mucha paciencia, constancia y una dosis de suerte.
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Certificación
El reconocimiento, en la categoría de Espacios Naturales Protegidos, fue entregado a los encargados de esta reserva natural privada por el sub secretario de Estado en el Despacho de Turismo, Luis Guillermo Chévez.
Esta ecofinca ofrece a sus visitantes actividades agro-turísticas a precios accesibles y es muy frecuentada por observadores de aves, dada la gran cantidad de especies que habitan dentro de la reserva.
Asimismo, es un lugar excepcional para los amantes a la naturaleza, que buscan deconectarse de la rutina citadina y conectarse con este entorno único.
El respeto a la naturaleza y la humanidad son los pilares fundamentales de cada una de las actividades que ofrece Luna del Puente, que garantiza las mejores experiencias en un lugar natural y seguro, atendidos por guías certificados y de forma personalizada.
Objetivo principal
La misión más importante de Luna del Puente es el cuidado de la biodiversidad existente dentro de la reserva.
Asimismo, se encarga de educar a los visitantes en materia eco-ambiental, impartiendo charlas educativas a escuelas y colegios para fomentar la conciencia ambiental y enriquecer en los niños y adolescentes los conocimientos a cerca de todas las formas de vida dentro de este hábitat.
Para darle sostenibilidad económica a la reserva natural, han adoptado prácticas agrícolas amigables con el medio ambiente.
Bajo este contexto, sus cultivos de cacao y café se establecieron en sistemas agroforestales con árboles maderables y el árbol de achiote como reparador de suelos.
Tours
El sitio cuenta con diferentes tipos de ‘tours’ para que el visitante adquiera nuevos conocimientos de manera divertida, desde aprender el canto y nombre de las aves, hasta hacer su propia barra de chocolate, tostar su propio café o sentir el viento en la cara al tirar de la tirolesa.
- Tour de observación de aves
- Tour desafío en las alturas
- Tour del cholocolate
Cabañas
El visitante tiene además la oportunidad de hospedarse dentro de la reserva y pasar una noche rodeado del espeso bosque, en una habitación con estilo rústico, de adobe y tejas, lo que les da una frescura increíble. Cuentan con baño privado y su corredor está equipado con bonitas bancas y hamacas para poder relajarse y observar aves.
Camping
Venta de café y cacao orgánico
Una forma de llevarse un poco de la esencia de esta reserva es comprar el café orgánico que ofrece. Cuidadosamente cultivado, seleccionado y tostado conservando sus bondades desde la montaña hasta su taza. El café tiene un valor de 45 lempiras.
Además, en su tiendita ofrece diferentes productos derivados del cacao, como ser bloquedaor, repelente, crema para manos, mascarilla, manteca y chocolate.
Correo: [email protected]
SÉPALO
La reserva privada de 40 hectáreas se encuentra entre dos lagos y en las cercanías de dos parques naturales.
El visitante puede hospedarse en casitas como esta, hechas de bahareque y tejas.
El hecho de ser una zona protegida permite la preservación de muchas especies en riesgo en nuestro país.
El sub secretario de Estado en el Despacho de Turismo, Luis Guillermo Chévez, entregó la certificación.
El hermoso gecko leopardo o bandeado también se encuentra en la reserva
Una guatusa en su hábitat natural.
Un reportaje de Lenin Berríos