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viernes, septiembre 20, 2024

Renovarnos, un compromiso personal

Los “7 hábitos de la gente altamente efectiva” es un libro de Stephen R. Covey que propone una filosofía de vida basada en principios universales para mejorar la efectividad personal y profesional.

Uno de estos siete hábitos es afilar la sierra. Es una analogía que ejemplifica que se necesita cuidar y renovar nuestras habilidades, conocimientos y bienestar general para enfrentar mejor los cambios y desafíos. Es una forma de estar preparado para el futuro y adaptarse a las nuevas circunstancias de manera más efectiva.

Al igual que una sierra afilada corta más eficazmente, una persona que se dedica a su crecimiento personal y profesional es más capaz de enfrentar y superar obstáculos.

Covey lo explica como “la capacidad que tenemos para renovarnos física, mental y espiritualmente.

Es lo que nos permite establecer un balance entre todas las dimensiones de nuestro ser, a fin de ser efectivos en los diferentes papeles (roles) que desempeñamos en nuestras vidas”.

Es esencial que nos capacitemos constantemente, buscando siempre el aprendizaje continuo. Esto nos permite mantener nuestras mentes adaptadas a los tiempos actuales, ya que el conocimiento se vuelve obsoleto rápidamente en muchas áreas.

El autoconocimiento es crucial: debemos entender cómo aprendemos, cuánto tiempo le dedicamos y qué habilidades requerimos.

En el siglo XXI, se habla mucho de habilidades blandas como la comunicación, el trabajo en equipo y la colaboración, que sin duda nos ayudan a mejorar nuestra capacidad de resolver problemas, que finalmente es lo que más se valora en el mundo laboral.

Es necesario considerar las últimas tendencias en nuestra área profesional. Si trabajamos en negocios y estamos acostumbrados a tomar decisiones de manera intuitiva, también debemos incorporar cambios tecnológicos, como la inteligencia de negocios, que nos permiten explorar escenarios diferentes.

El “olfato” para los negocios, que antes se valoraba tanto, ahora debe complementarse con estudios previos, como la factibilidad financiera, técnica y de mercado, para evitar que las empresas fracasen por no considerar los riesgos y las oportunidades de acuerdo al contexto donde quieren establecerse.

Un profesional que realiza las mismas actividades durante más de tres años corre el riesgo de quedar obsoleto. Sin embargo, esto no siempre es sencillo.

En algunas posiciones, por muy creativas que sean las personas, se les exige ser más operativas que innovadoras, lo cual refleja que la cultura organizacional también debe evolucionar, para fomentar la creatividad y la innovación, evitando afectar la productividad.

Además, el profesional puede quedar desfasado al salir de la empresa, especialmente en un mundo en constante cambio, las probabilidades de reincorporarse al mundo laboral corporativo son limitadas.

Aunque hay muchas empresas exitosas que sí apuestan por la innovación y buscan personas con las habilidades necesarias, estas no quieren invertir tiempo en enseñar, quieren contratar a los mejores y están dispuestas a pagar el precio.

Es fundamental “afilar nuestra sierra”, ya sea que estemos en una posición de alto o menor rango, o incluso jubilados. El tiempo debe usarse sabiamente para la autorrealización y para desarrollar nuevas habilidades, evitando así el estancamiento.

Nadie está exento de quedar obsoleto, por lo que debemos ser proactivos y no reactivos a la hora de capacitarnos.

Los entornos cambian constantemente en este mundo globalizado, donde no solo nos afectan los aspectos positivos, sino también los negativos.

Es crucial entender dónde estamos y hacia dónde vamos de manera personal y como sociedad. En un abrir y cerrar de ojos puede que el trabajo que una persona desempeña actualmente sea sustituido por la inteligencia artificial o por otro humano que ha invertido mucho tiempo actualizándose y es más capaz en términos de innovación y rentabilidad para la organización.

Aunque tengamos conocimientos previos, adquiridos en nuestra formación formal educativa, nunca dejamos de aprender, por lo que es nuestra responsabilidad personal seguir adquiriendo nuevas habilidades a medida que evolucionan las demandas del entorno.

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