Redacción. El Departamento de Policía de Nueva Orleans (NOPD) ha sido señalado por utilizar durante dos años una tecnología de reconocimiento facial a través de una red privada de más de 200 cámaras de vigilancia, sin notificar a las autoridades locales ni al público.
De acuerdo con una investigación publicada por The Washington Post, los agentes empleaban este sistema para monitorear en tiempo real a posibles sospechosos en la vía pública, lo que resultó en múltiples arrestos, incluidos algunos por delitos no violentos.
La tecnología, desarrollada por la organización sin fines de lucro Project NOLA, generaba alertas automáticas enviadas directamente a los teléfonos oficiales de los policías con datos como el nombre y la ubicación de los presuntos sospechosos.
Este uso discrecional ha generado polémica, ya que contraviene una ordenanza municipal de 2022 que restringe el reconocimiento facial a investigaciones específicas de delitos violentos, y solo bajo supervisión judicial y procedimientos estrictos.
El caso ha sido criticado por defensores de derechos civiles, como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), que lo calificó como un “escenario de pesadilla” por los riesgos de vigilancia masiva y posibles errores de identificación.
Además, la policía no documentó en los registros oficiales el uso de esta tecnología en los arrestos efectuados, lo que agrava la falta de transparencia.
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Ante la controversia, la jefa policial Anne Kirkpatrick ordenó suspender el uso del sistema a inicios de abril y solicitó una investigación interna para determinar cuántos agentes hicieron uso de la red, cuántos arrestos se derivaron de ella y si hubo fallos en las identificaciones.
Kirkpatrick aseguró que el sistema no se reactivará hasta confirmar que cumple con todas las exigencias legales vigentes.