Ayer, mi necia curiosidad me envió otra de las muchas preguntas que me hace constantemente, de la cual no tengo nada que se asemeje a una respuesta satisfactoria. ¿Quiere saber de qué se trataba?
Bien, seguir leyendo bajo su propio riesgo.
Escuchaba un concierto de Ennio Morricone; entre otras melodías el tema de la excelente película de vaqueros El Bueno, el Malo y el Feo.
Una parte muy importante no es interpretada por ningún instrumento artificial sino a silbidos.
La pregunta que en ese momento me vino fue: ¿cómo es posible que las notas musicales estén almacenadas en alguna parte del cerebro y que un artista pueda traer un recuerdo directamente, fruncir los labios y reproducirlas?
Silbar es algo que todos aprendemos en la infancia/adolescencia.
De igual manera canciones y tonadas… ¡las cuales podemos traer al presente y emitir el recuerdo en forma de sonido!
Estamos acostumbrados a esas cosas, quizá por eso no le prestamos atención, pero, si lo hacemos, nos daremos cuenta de lo maravilloso del cerebro humano y su capacidad para recordar prácticamente todo (menos las respuestas clave en los exámenes de colegio o el nombre de alguien que nos saluda en la calle).
Los animales también tienen memoria, algunos más desarrollada que otros.
La de ciertos peces dura apenas 15 segundos, luego todo es nuevo para ellos, excepto lo que por instinto necesitan para alimentarse, sobrevivir y reproducirse.
Hay otros animales con fama de gran memoria, los elefantes entre ellos. Gatos y perros almacenan más información de la que necesitan para mantenerse vivos, algunos son capaces de reconocer más de 500 palabras de nuestro idioma, que es muy diferente y lejano al de ellos o su forma de comunicación.
Pero nosotros les ganamos a todos, la capacidad de nuestra memoria es prácticamente ilimitada.
Aromas, sabores, colores, cifras, nombres, fechas, rostros, música, libros enteros; guardamos y guardamos información, muchas veces sin tener que “garrotear”.
De nuevo, no me refiero a la que necesitamos para vivir (instintos), hablo de otros temas no relacionados con las necesidades primarias.
Colores, recordamos con facilidad dónde vimos tal o cuál color que nos llamó la atención, así como su nombre. (Hay millones de tonos de los diferentes colores, entre todos ellos podemos recordar exactamente uno en particular).
Una cucharadita de jugo de limón, su recuerdo, la memoria del sabor puede llenarnos de agua la boca, traernos un momento de la infancia y tocar algunas cifras sensibles que nos hacen reír o llorar con alegría o nostalgia.
Yo tecleo mi computadora al escribir, en una increíble combinación de memoria (¿dónde están las teclas?), con las palabras que va lanzando el cerebro para expresar una idea y, de paso, recordando algunas cifras o hechos que puedan estar relacionados.
Como anoté, eso es normal, tanto que quizá no le ponemos atención, pero, si pensamos aunque sea un poquito, nos daremos cuenta que ninguna inteligencia artificial, ninguna computadora jamás, estará ni cerca de la maravilla del cerebro humano y todas las funciones que maneja.
Porque no sólo se trata de memoria, también el cerebro está a cargo de administrar los alimentos que recibe el cuerpo, utilizar los que son necesarios en un determinado momento y el resto enviarlo a la reserva, para el futuro.
Quién regula el crecimiento de las uñas, ordena que las palmas de las manos se fortalezcan con callos para que resistan el constante roce con los más diversos objetos y superficies, ¿quién envía en una fracción de segundo un mensaje a los párpados para que se cierren y protejan los ojos ante una brisa fuerte o un objeto riesgoso aproximarse?
Los reflejos que nos permiten muchas veces conservar el equilibrio cuando nos resbalamos son manejados directamente por el cerebro… no hay tiempo de pensar, el cerebro lo hace por nosotros en una milifracción de segundo, si tuviéramos que pensar, con seguridad caeríamos.
¿Sabe andar en patines o en bicicleta? El cerebro se encarga de mantenernos de pie o de cubrirnos el rostro ante una posible caída.
Es usted, pero no es usted, es su cerebro el cual opera de manera autónoma y automática.
Piense en todo lo que hace simultáneamente nuestro cerebro, día y noche, dormidos o despiertos.
Es la más perfecta computadora que jamás va a existir, lo que no quiere decir que todos los pensamientos sean buenos y que entre todos los portadores de inteligencia no haya muchos idiotas, pero, este tema lo tocaré en el futuro.
Mientras usted leía esto, su corazón palpitó todas las veces que su cerebro le ordenó, así como a sus pulmones aspirar exactamente la cantidad de oxígeno necesaria para que usted funcione.
¿Inteligencia artificial? ¡Naaaaa!