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viernes, abril 19, 2024

No está de más saberlo

Cualquier partido con gestión populista, sea de izquierda o derecha, cuando llega al poder, sigue utilizando ese lenguaje y ese discurso. Pero eso les abre a la crítica pues ya están en el gobierno y son la élite, y son la casta. Entonces ¿cómo pueden criticar a la élite si son la misma élite?, lo que se suele hacer es ese tipo de discurso para poder lograr saltarse barreras institucionales. Hay un tipo de élite que está afincada en el Estado y está impidiendo el gobernar directamente para el pueblo, todos esos mecanismos intermedios de las democracias constitucionales o representativas pueden generar un estorbo para una plena comunión entre el gobernante y el pueblo. Entonces, el discurso se modifica de alguna forma, pero continúa pasándola muy mal el pueblo de esa manera.

Ese concepto es demasiado elástico, se utiliza a veces a todo propósito es quizás, junto con el término fascismo, el calificativo más más fácil. O sea, cualquier cosa que no guste, o es fascismo o es populismo, es como que se ha convertido en un término que cabe en cualquier sitio que sirve para denigrar por igual lo que sea y muchas veces la mayor no hay rigor con los términos que se utilizan y por lo tanto esa falta de precisión conceptual se derrama o se termina entendiendo por populismo cualquier cosa.

Hemos de definir tratando de pensar qué es el populismo, se entiende de manera despectiva, como si fuera algo intrínsecamente negativo y de hecho es algo que desde el punto de vista moral y político puede ser malo o bueno según la persona que lo ejerza. Entonces, es un estilo de política, un estilo en que se opone enfáticamente a los intereses de una élite política y del pueblo. Entonces, se separa el pueblo, por un lado, de una élite gobernante y su discurso suele ser antisistema, que apela a los intereses del pueblo y de la persona ordinaria y opone esos intereses a los intereses del gobernante y muchas veces dibuja al gobernante como alguien que está fuera de contacto con el pueblo que ya no entiende el pueblo.

Estas son algunas características y entonces el discurso, el lenguaje de un populista, suele ser de este estilo que apela a los intereses del pueblo como algo que se ven amenazados. La mejor forma para entender el populismo es mirándolo por la manera en que se estructura su discurso y, efectivamente, el populismo es un estilo político y no es una ideología que tenga una sistematicidad puntual puntillosa en torno de la cual se reconocen actores políticos que están luchando por esa ideología. Como por ejemplo ocurre con el marxismo, el liberalismo, el nacionalismo, no es una ideología política, el populismo es un estilo del discurso político que, por lo tanto, puede ponerse al servicio de cualquier ideología política, puede haber un populismo más de izquierdas puede haber un populismo más de derechas.

 

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