El ataque de Hamás dejó más de 600 muertos y 2000 heridos en Israel, convirtiéndole en el más grave en décadas.
Israel ha concluido la primera fase de la operación “Espadas de Hierro”, según el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Netanyahu, no obstante, ha augurado que la guerra será larga y difícil ya que el objetivo final de Israel ahora es destruir “las capacidades militares y gubernamentales” de Hamás y su aliado, la Yihad Islámica.
Según el mandatario, durante la noche Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han recuperado territorios. Así, como combatido a la mayoría de milicias de Hamás que protagonizaron un ataque sorpresa sin precedentes, este sábado.
El ataque sopresa de Hamás, que lanzó miles de cohetes y realizó una incursión armada en territorio israelí, ha dejado al menos 600 muertos y 2 000 heridos, según la prensa israelí.
Más de cien militares israelíes y decenas de civiles han sido tomados como rehenes y utilizados como escudos humanos contra los ataque israelíes.
La respuesta armada de Israel sobre Gaza ya se ha cobrado la vida de al menos 313 palestinos, a los que se suman cerca de 2 000 heridos, según el ministerio palestino de Sanidad.
Los medios de comunicación hablan de un posible fallo de los servicios de inteligencia israelíes (y estadounidenses). A quienes señalan que no supieron preparar una invasión de tal magnitud.
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