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lunes, mayo 20, 2024

Malas influencias

La supuesta “música” dizque “urbana”, en sus diversas manifestaciones, ha experimentado un auge significativo en las últimas décadas, convirtiéndose en uno de los géneros más populares entre los jóvenes. Sin embargo, en este auge también se han hecho evidentes los malos ejemplos y la enorme influencia que algunos de los llamados “cantantes” de “música” urbana ejercen sobre la juventud.

Es importante destacar que no todos los artistas de “música” urbana son representativos de estos malos ejemplos, y muchos de ellos hacen contribuciones valiosas al mundo de la música. Sin embargo, existe una preocupación válida sobre aquellos intérpretes que promueven mensajes negativos y estilos de vida perjudiciales.

Uno de los problemas más evidentes es la promoción de la violencia y las actitudes delictivas en muchas canciones de “música” urbana. Letras que glorifican la delincuencia, las armas de fuego y las drogas pueden influenciar a los jóvenes de manera negativa, normalizando comportamientos peligrosos y desviados. Esto puede dar lugar a un aumento de la violencia juvenil y la participación en actividades ilegales.

Además de la violencia, la misoginia y la cosificación de la mujer son temas recurrentes en algunas canciones de “música” urbana. Esto contribuye a la perpetuación de actitudes sexistas y el desprecio hacia las mujeres, lo cual es perjudicial para la sociedad en su conjunto y, en particular, para las jóvenes que consumen este tipo de “música”.

Otro aspecto problemático es la glorificación de la ostentación y el consumismo desmedido. Muchos “artistas” alardean de su riqueza y muestran un estilo de vida lujoso que puede llevar a la juventud a desear una vida de excesos y materialismo, a menudo inalcanzable. Esto puede fomentar la insatisfacción y la búsqueda de la gratificación instantánea en lugar de promover valores más profundos como la educación, el trabajo duro y la responsabilidad.

La falta de responsabilidad social es otro aspecto negativo de algunos “cantantes”. Muchos de ellos no asumen la influencia que ejercen sobre sus seguidores jóvenes y no muestran preocupación por el impacto negativo que sus letras y acciones pueden tener en la sociedad. Esto crea una cultura en la que la falta de responsabilidad y ética es normalizada.

Es importante destacar que la influencia no se limita solo a su música. Las redes sociales y la presencia en línea les permiten llegar a una audiencia masiva de jóvenes, y a menudo promocionan un estilo de vida aparentemente glamoroso que puede ser atractivo para los más vulnerables. Esto puede llevar a la emulación de comportamientos perjudiciales y la falta de conciencia sobre las consecuencias a largo plazo.

En este contexto, los padres y educadores juegan un papel fundamental en la orientación de los jóvenes. Es esencial fomentar la educación crítica para que los jóvenes puedan discernir entre la música que promueve valores positivos y la que perpetúa actitudes y comportamientos perjudiciales. Además, se debe alentar el diálogo abierto sobre la música y su influencia en la vida de los jóvenes.

La industria de la música también tiene una responsabilidad en este tema. Las discográficas y plataformas de ‘streaming’ deberían considerar la ética y la responsabilidad social al promocionar y distribuir música. Podrían implementar políticas que fomenten la música que contribuye a la cultura y el bienestar de la sociedad, en lugar de aquella que promueve valores negativos.

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