La historia del dinero se pierde en la noche de los tiempos. Existen tres eventos que pueden marcar la historia de la moneda y servir de guía en este tema. Un primer momento en Egipto (siglo V a.c.), con la aparición de la moneda pesada, como pueden ser los lingotes utilizados para adquirir bienes. Un segundo momento, ocurre ochocientos años antes de nuestra era cuando griegos, chinos, y habitantes de oriente medio establecieron las monedas-cuenta, que fraccionaban con los lingotes fraccionados en porciones más pequeñas, conocidas como monedas con la marca del rey que determinaba el espacio comercial de uso. Lo anterior nos lleva a la moneda acuñada que, a diferencia de las anteriores, tiene inscripciones identificativas. Dicha inscripción tiene la función de indicar el valor de cambio de la pieza, según su peso. Al principio se utilizaban metales como el oro y la plata en cantidades fijas para acuñar monedas y el sello real funcionaba como garantía. Posteriormente estos metales se mezclaron con otros y su proporción variaba según el valor, que indicaba el emisor de la moneda; que habitualmente era el rey.
Como paso evolutivo natural, surgió en china el papel moneda en el siglo IX, aunque la circulación de este en Europa y el resto del mundo antiguo inicio hasta mediados del siglo XII. En América en el siglo XVI durante la conquista, se empiezan a conocer las monedas de plata y oro y posteriormente hasta el año 1823 llegaría el papel moneda a Colombia, donde se imprimió el primer billete.
Las monedas han estado respaldadas por plata y en oro básicamente como metales de referencia a lo largo de la historia. A partir del año 1971, el presidente de Estados Unidos de América, Richard Nixon decidió sacar al dólar del patrón oro, transformó una moneda sustentada en metal en moneda fiduciaria, es decir; está sustentada en la “fe” y no en metal. Es por ello, que la mayor parte del dinero en circulación es electrónico, presente en las pantallas del ordenador; no hay tanto oro para respaldar tanto billete en circulación… Son pocas las naciones que hoy en día respaldan sus monedas con oro o plata, las monedas están resguardadas por “la confianza del país emisor de moneda”, están sustentadas por decirlo de alguna manera, por la ilusión.
Ahora bien, los bancos centrales establecen nuevos argumentos para eliminar este sistema “arcaico”, entre éstos tenemos: el dinero se crea con deuda. La creación y el suministro del dinero están bajo control privado. El sistema monetario actual fomenta la desigualdad económica. El sistema monetario actual es vulnerable a las crisis financieras y el sistema monetario actual no tiene en cuenta los costos ambientales. Con estos razonamientos y otros, impera la idea de establecer las monedas digitales reguladas por los bancos centrales (Central Bank Digital Currency o CDBC)
¿Qué son las CDBC? Son un tipo de moneda digital, la cual ha sido emitida por un banco central y supone una representación digital del dinero fíat. Tiene, por lo tanto, la propiedad de ser una forma de dinero regulada por un Estado o por una unión de Estados. Se busca con esta propuesta resolver el problema de costes e infraestructura monetaria, que supone la versión física del dinero fíat (imprimir monedas y billetes y distribuirlos), esta es la próxima evolución del dinero en principio… Según el Banco de Inglaterra, los CBDC son dinero electrónico emitido por un banco central. Esto permite a los Estados “indicar que esta moneda digital es de curso legal”. La emisión y el registro de las transacciones se realiza mediante algún tipo de sistema de bases de datos centralizada. Las CBDC buscan ampliar las características y uso del dinero fiduciario, sobre todo en internet, así como competir con bitcóin y el resto de las criptomonedas existentes.
El objetivo de las monedas, a corto, mediano y largo plazo, es sustituir el efectivo, hacer que las transacciones monetarias sean más rápidas y efectivas, y tener el control de toda transacción.
Uno de los inconvenientes, alegados contra el dinero fíat en formato físico, es su uso para actividades ilícitas. Las monedas digitales emitidas por un banco central eliminan o minimizan esta posibilidad… Existe un registro de todas las transacciones, pudiendo rastrear el origen y el destino de las operaciones… Esto podría reducir o eliminar muchas actividades delictivas como el tráfico de drogas o la prostitución. Se cree que este método podría suprimir la corrupción entre empresarios y políticos y la economía sumergida… la verdad yo no lo creo… la línea entre lo legal y lo ilegal muchas veces es imperceptible; nacerán otras formas de corrupción.
Hasta aquí suena bien, pero hay mucho por conocer. Pensemos un poco. “Si un banco central controla la moneda digital, emite el tipo de interés y tiene toda la información de las personas que intervienen en las transacciones, también maneja un volumen de información hasta el día de hoy insospechado y de una magnitud inimaginable. Aquí radica una de las grandes preocupaciones de las personas entendidas en el tema, el excesivo control de la población usuaria de una moneda digital, el control de las operaciones financieras y el control de lo que compramos, dónde compramos, cómo compramos y de qué dinero disponemos”. Es un futuro controlado por un banco central que renuncia al dinero clásico. Bitcóin y el resto de las criptomonedas, es otra historia…
