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jueves, abril 18, 2024

La chispa perdida del ser novato

¡Aprendo rápido! Quizás esta es una de las frases que más he escuchado en las entrevistas de trabajo. Y sí, quizás denota una gran disposición en la gente para que se les brinde una oportunidad de demostrar su gran actitud.

Y no dudo sea cierto, en verdad aprenden rápido. Considero que, personalmente, también aprendo rápido. Porque aprender parte del deseo, de conocer algo nuevo o una destreza que para nosotros era totalmente desconocida.

Sin embargo, conforme pasa la antigüedad en las empresas, abandonamos esa actitud, por “aquí siempre se han hecho las cosas así” o bien “a mí me enseñaron a hacerlo de esta manera”. Dejando de explorar formas nuevas de hacer las cosas. Peligrosamente, pasamos de aprendices a expertos. Y esto puede llevarnos a un permanente estancamiento.

La autora Liz Wiseman escribió un maravilloso libro titulado “Novatos inteligentes” de la cual ha dado muchas charlas de liderazgo, pero su enseñanza refleja la vida empresarial hoy en día. ¡Porque el aprendizaje vence al conocimiento en el nuevo mercado laboral!

Y es que comienza con una anécdota de alguien muy exitoso en una empresa, al cual acudían para toda opinión, y en todas las cosas se reflejaba su gran influencia y experiencia en los temas. Hasta que un día llegó alguien nuevo. A la gente que lleva muchos años en empresas, les incomoda siempre ese “alguien nuevo”.

Es esa persona, que llega con una energía diferente. Que de repente, cuestiona todo lo que se ha hecho e intenta dar otros puntos de vista que despiertan nuestro celo, y más allá, nos hace sentir envidiosos e inseguros de lo que pueda estar tramando. Tan es así que constantemente buscamos sabotear todo lo que esa persona nueva intente lograr.

La historia tiene un punto interesante donde da un giro, y es que el experto, comienza a ver qué es lo que tiene ese “nuevo” que hace que la gente quiera estar con él y se da cuenta de algo. ¡Tiene la chispa del novato! De repente, comenzó a recordar los primeros días que estuvo en la empresa.

Su óptica curiosa y deseo de demostrar que podía lograrlo. Lejos de irritarse por las tareas cotidianas o el mucho trabajo, le apasionaba que le llevaran cosas a realizar porque era la oportunidad que esperaba para demostrar y demostrarse a sí mismo de lo que era capaz.

La chispa del novato pasaba por hacer amigos, construir relaciones en la empresa, porque nunca se sabe de quién se puede ocupar. Intentaba quedar bien con sus superiores para agradecerles y demostrar que habían tomado la decisión correcta al haberlo contratado.

¿Ha perdido esa chispa? Quizás con el acomodarse, o bien escuchar los chismes de los compañeros que lo invitan a bajar la guardia y acomodarse. El hecho de que le siembren desconfianza a la empresa y a su jefe, le ha bajado la moral de estar en donde está, y de repente ese brillo en los ojos, se apagó.

¡Vuelva al inicio! Retome esa chispa, así tenga muchos años, vuelva a ser aquel aprendiz curioso y entusiasta por una sola razón. ¡Todo cambia! Y en lo personal, lejos de confiar en “expertos” prefiero confiar en aprendices empedernidos. Aquellos que tienen mucha humildad para seguir siendo enseñados y aprender nuevas destrezas, dejando al lado el ego y el orgullo de creerse sabelotodo.

Trabajo mucho en ser siempre un aprendiz. Y espero usted lo haga también, recupere la chispa del novato. ¡Que todo le parecía nuevo!, e increíblemente desafiante, pues siempre hay desafíos nuevos. ¡Verá cómo recupera su brillo!

Por Enrique Zaldívar
2050 Comunicaciones

Enrique Zaldivar
Enrique Zaldivar
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