SAN PEDRO SULA.– Con más de 35 años de haberse fundado, la Obra Hermanas de Jesús Buen Samaritano continúa realizando una gran labor. Al brindarle un hogar a muchos niños y jóvenes desamparados y que padecen serios problemas de salud en San Pedro Sula.
Y es que no solo se trata de brindar un techo, sino también afecto, así como alimentarlos, bañarlos, vestirlos y movilizarlos, ya que por sus enfermedades la mayoría no puede valerse por sí misma.
Así, que el grupo de religiosas que conforman esta comunidad se han convertido en las manos y pies de estos niños. Muchos ya adultos, quienes viven dignamente gracias a labor que ellas realizan.
“Es por ello que invitamos a los sampedranos y hondureños en general a sumarse a esta loable labor, con diversas donaciones y asimismo apoyar las actividades que estaremos realizando para diversos proyectos, entre éstos la construcción de una capilla más amplia donde los residentes puedan estar cómodos en sus sillas de ruedas, así como acoger a colaboradores y visitantes que quieran escuchar la Palabra de Dios”, señaló la directora Sor Carmen Buezo.
Indicó que una de las actividades tendrá lugar el sábado y se trata de la venta de pupusas y yuca con chicharrón con pata de cerdo, la cual se realizará en las instalaciones del Hogar, ubicadas en la colonia Villa Florencia, 19ª calle, 9ª y 10ª avenidas, así como en Finca Santa María, que está esquina opuesta.
El combo de pupusas con horchata tendrá un valor de 70 lempiras y estarán disponibles a partir de las 7:00 de la mañana. La yuca, tendrá un valor de 120 lempiras acompañada de horchata y estará a disposición de las 10:30 de la mañana en adelante.
Manifestó que, con el fin seguir recaudando fondos, también están organizando una prédica con monseñor Ángel Garachana, la cual tendrá lugar el 15 de junio a las 7:00 de la noche en el salón del Instituto San Vicente de Paúl y para lo cual en los próximos días tendrá a la venta los boletos.
VOCACIÓN DE SERVICIO
La Obra Hermanas de Jesús Buen Samaritano nació ante tanta necesidad de niños y jóvenes abandonados y con enfermedades como hidrocefalia, parálisis cerebral, atrofias musculares, entre otras, quienes necesitan una atención completa.
“Atención que brindamos el grupo de hermanas, con ayuda médica, como el Hospital San Juan de Dios, el Hospital Mario Catarino Rivas que nos dona algunas medicinas, pero no es suficiente para las necesidades que tenemos.
La Obra se mantiene de la providencia de Dios y de las personas generosas que saben compartir”, apuntó.
Actualmente, el Hogar atiende 58 beneficiarios, entre niños, jóvenes y adultos; señaló que por el momento no están recibiendo a más personas porque son pocas hermanas y no se darían abasto para brindarles la atención que merecen.
“Esta es su casa y dependen de nosotros completamente, tenemos que ser sus manos y pies, alimentarlos, darles sus medicamentos, asearlos. Así que son muchas las necesidades, porque en el hogar ocupamos de todo”, puntualizó.