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Honduras
domingo, mayo 19, 2024

Genuina Personalización entre Población y Administración

Un influjo matizado de un país, circula y penetra de manera eficaz, con los pilares de un cromático, pensante, justo   y ecuánime pedestal, como resultado del objetivo fundamental que respira por la esperanza de un futuro promisorio. Un régimen representativo y democrático   se identifica con la población urbana e interurbana con características de gran proyección social y sensibilidad humana.

Pregonar continuamente mediante constantes y uniformes frases, el sentido pensamiento de acciones a realizar, y a expectante, una cantidad considerables de beneficios colectivos, son una fiel determinación de no sacar ventajas con promesas incumplidas. No puede haber cabida para la demagogia o engaño, porque es una burda esculpida de gracia epigráfica sin practica y consideración gubernativa. La proporción, unidad y armonía de la colectividad reclaman justamente sus derechos en el cumplimiento de sus obligaciones.

Una forma elemental de relación estrecha y segura con el pueblo es mediante una influencia o predominio de la educación y sus distintos aspectos y representaciones que comprende.

Entre los reclamos más importantes del magisterio nacional se precisan los siguientes:

1) Una jubilación digna, como resultado del responsable arduo trabajo legalmente realizado.

2) Derogación de leyes nocivas a la instrucción y sus esenciales aspectos.

3) Un reajuste salarial.

4) Nuevos ordenamientos jurídicos de alta significación con vigor efectivo en todos los rincones de la geografía nacional.

Lo mismo tiene que acontecer en el campo de la salud y la realización de programas de amplia transcendencia.

Honduras se localiza y esta robustecida con el principio de la libertad funcional y participativa, del cual derivan la integración nacional, que implica la participación de todos los sectores políticos en la administración pública, con la finalidad de asegurar y fortalecer el progreso material y espiritual de nuestra patria, basados en una legítima estabilidad política y conciliación nacional.

La posibilidad de incrementar la producción y la productividad en un proceso de industrialización, eleva el nivel de vida de todos los ciudadanos. Empero, hay que tomar en consideración, que la población hondureña ha venido aumentando dentro de un ritmo acelerado en relación o comparación con otros países, este fenómeno a su vez, origina o produce una migración del campo a la ciudad, lo que no permite absorber esta masa flotante por parte de los establecimientos comerciales e industriales, generándose una complicación de grandes proporciones. La mejor forma de resolver el problema planteado se consigue con la realización de una verdadera reforma agraria, el mejoramiento de los servicios de salud y su conveniente promoción; y abarcando también, el mejoramiento del sistema educativo, afincado en la enseñanza vocacional y técnica.

El artículo sesenta y dos (62) de la Carta Magna de la República, dice literalmente: “La Constitución garantiza a los hondureños y extranjeros residentes en el país, el derecho a la inviolabilidad de la vida, a la seguridad individual, a la libertad, a la igualdad ante la ley y a la propiedad “.

Todos los derechos ya enumerados implican las facultades individuales o subjetivas de orden público dentro de una estructura lógica y completa, y, por consiguiente, son derechos humanos de carácter o condición universal.

La verdadera identificación entre el pueblo y gobierno, se logra con una notable superación y preponderante cultura cívica, con transmisión de mentalidad histórica o efectiva y acciones convertidas en iluminada realidad.

No podemos apartarnos de las finalidades vitales que contribuyen directa o indirectamente con las utilidades o auxilios, beneficios y bienes palpables o tangibles que acontecen, sin distinción alguna en evidente respaldo que las generaciones venideras lo agradecerán sin muestras de inconformidad.

Hay que disminuir o tratar de terminar o   eliminar la corrupción, la descomposición social y la gran cantidad de males que desgastan o erosiona erosionan el sagrado manto de la patria e impiden el bienestar o prosperidad conveniente y provechosa.

Todo sea por la patria, la educación, nuestra tradición democrática y la cultura en general.

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