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martes, mayo 21, 2024

Felicidad digital: ¿Ficción o realidad?

Por Enrique Zaldívar
2050 Comunicaciones

¡Pienso que hemos mordido el anzuelo! Algo que desde hace más de 15 años se miraba venir, hoy es ya una realidad. Y es lo que vemos a través de las redes sociales.

En fecha reciente tuvimos la visita del cantante de reguetón “Daddy Yankee”, tanto en San Pedro Sula como en Tegucigalpa. Y muchas personas comentaron a través de sus mismas redes, el hecho que la gente se dedicó más a grabar en sus móviles el concierto que a disfrutar, lo que era la última presentación en vivo del cantante rapero.

Hoy en día, hemos caído en la trampa de “generar contenido feliz” obligatorio, sí, obligatorio. Porque nuestra misma comunidad no aplaude cuando ponemos algo que no va con la foto perfecta.

Permítame explicarme mejor: si tengo mi viaje a Semana Santa, hoy día, parte del viaje son todas las sesiones fotográficas que me haré “para subir a las redes”, los algoritmos de redes ¡felices!, que nos hayamos convertido en sus principales generadores de contenido.

Hemos olvidado buscar la inspiración. Olvidamos vivir el momento en cuerpo y mente. Tan así que hoy día han despertado un movimiento de esforzarse a estar presente en el momento, a lo que le llaman “Mindfulness”.

Esto es, una técnica de meditación que consiste en observar la realidad en el momento presente, sin intenciones de juzgar y con plena apertura y aceptación. ¿Tanto hemos perdido nuestro enfoque?

Es como si nuestra foto perfecta son las redes, pero vivimos una realidad que todos vamos a ignorar. Quiero que entienda mi punto de vista. ¡Hay gente que lucha mucho por las cosas! Y es de aplaudirlos.

Hay personas cuyo cuerpo no es perfecto, pero son sumamente saludables, alegres e inspiran a otros y hay que celebrarlos. ¡Hay valores como la honradez, el liderazgo y la generosidad!, que no son tan fotogénicos y hay que celebrarlos.

La vida no es una foto perfecta y esto está seriamente afectando a las generaciones jóvenes que, al ver que sus vidas no son como las de sus “influenciadores”, caen a la frustración de ello.

¿Qué podemos hacer con ello? Esforzarnos por vivir más la vida. ¡Claro que la foto en la playa es increíble! Pero no vaya solo por sacarse fotos, vea amaneceres, colecte conchas en la arena. ¡Disfrute del sol!

Si tiene amistades valiosas con las que comparte, sepa que no es indispensable la ‘selfie’, mejor es que disfrute al máximo de una buena conversación y que esté al cien en cuerpo presente. ¿Qué hay de los abuelos? ¿Qué hay de las dormidas hasta tarde?

Comparta su felicidad. Tómese las fotos que quiera, pero si va a un concierto, trate de llenar y sentir la música primero. Vaya con alguien especial para usted, platique de lo mejor que le ha ocurrido.

Por tal razón, muchas veces no conectamos con otros. Y eso nos lleva a sentirnos solos, pues no conectamos con nadie. Las redes, nos dan esa falsa sensación de compartir, de tener amigos, de que un comentario es una conversación ¡Cuando no lo es!
Son herramientas maravillosas que nos exhiben, instruyen y entretienen sin duda, pero hay cosas que no pueden sustituirse. No deje que, en su último suspiro de vida, lo que más recuerde sea un “Like”.

La vida es una suma de éxitos y fracasos. De problemas y soluciones. De lágrimas y de carcajadas. ¡No hay perfección en ella! Tampoco la busque.

Que no le quite la sonrisa, compararse con otros. Aprendí un dicho muy bueno que dice “solo la cuchara sabe, lo que hay en el fondo de la olla”.

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