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viernes, marzo 29, 2024

EVOLUCIÓN: Grandeza y responsabilidad

Un líder tiene la responsabilidad moral de mantener la motivación de su equipo a la altura de las circunstancias. Estar al frente de una familia, una empresa, un patronato en su comunidad, una iglesia o una nación requiere tener objetivos comunes, una visión compartida, el deseo de lograr alcanzar las metas trazadas.

Claro, hablo de un liderazgo basado en valores, no como esos contaminados por la ambición personal de individuos carismáticos que usan sus habilidades para manipular a sus seguidores ofreciéndoles cosas que no serán capaces de cumplir.

Podemos aprender de la historia reciente del siglo XX, revisar evidencias gráficas, ver videos y escuchar audios que nos recuerdan que la humanidad estuvo al borde de la extinción durante la segunda guerra mundial, a través de estos datos podemos convertirnos en testigos capaces de reconocer quiénes fueron los buenos y los malos líderes.

El liderazgo autoritario de Hitler motivado por un sentimiento de superioridad racial, lleno de intolerancia religiosa, le permitió persuadir a sus seguidores de que eran capaces de dominar a Europa y el resto del planeta. Ese es el problema de las personas cuando olvidan razonar por sí mismas y se dejan llevar por un pensamiento colectivo, los individuos pierden la habilidad de tener pensamiento crítico, aceptan promesas o ideologías por locas que sean, sin cuestionarlas.

Por otra parte, lo opuesto a este nefasto personaje de Hitler fue Winston Churchill, recordado por dar esperanza a su pueblo y al mundo durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la adversidad y la destrucción, seguía infundiendo optimismo en el pueblo británico.  Churchill fue el primer ministro de Gran Bretaña, estuvo del lado correcto de la historia, aunque para los seguidores de Hitler estuvo del lado incorrecto.  Qué tarea tan dura es para un hombre o una mujer liderar una nación en plena guerra mundial.  ¿De qué tipo de pensamientos están hechos personajes como Churchill? ¿En qué creen para no hundirse en el desánimo y dar fuerzas a otros?

Un líder quejumbro, opaco, derrotado antes de que la situación ocurra, es tan catastrófico como la misma guerra; en cambio, un líder dispuesto a mantenerse con la frente en alto ante su pueblo, dispuesto a buscar soluciones mientras las bombas caen en su suelo, no es algo que suceda con frecuencia.  Algunos de los pensamientos de Churchill que todavía están vigentes y que se aplican para cualquier situación: “El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que cuenta es el coraje para continuar”.

Un líder podrá ser muy valiente y asertivo en tiempos de paz, pero muchos se verán derrotados en los tiempos de guerra. Honduras es un país con muchos problemas, pero no vive una situación extrema como una guerra, como es el caso actual de Ucrania que sigue luchando por casi más de un año desde que Rusia inició el conflicto bélico. Su líder Zelensky sigue ahí literalmente, al pie del cañón dando ánimo a su pueblo, luchando y exigiendo más apoyo de los aliados.

Si bien como dijo la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, tenemos “una sarta de problemas” heredadas por más de diez años de continuismo del Partido Nacional, cuyo principal líder guarda prisión en los Estados Unidos, por acusaciones vinculadas con el narcotráfico, no podemos como nación seguir lamentándonos, hay que transmitir optimismo aun en medio del caos, el pueblo está con la moral baja, se requiere un liderazgo a la altura de las circunstancias, por eso el soberano sacó con su voto de castigo a los que ya no están.

La actitud de los tomadores de decisiones que fueron electos en cargos públicos debe ser asumida con responsabilidad, como bien decía Churchill: “El precio de la grandeza es la responsabilidad” y esta otra frase que nos debe servir de inspiración en un mundo tan caótico: “Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad; un optimista ve la oportunidad en cada dificultad”. En otras palabras, como dice un refrán muy utilizado en nuestro país, “No se puede llorar sobre la leche derramada”, así que hay que seguir adelante, buscando soluciones, no excusas.

Mirna Isabel Rivera
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