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Honduras
jueves, marzo 28, 2024

Esperanza y recelo

Durante estos momentos, cuando ya el Gobierno se ha instalado y ya no siendo tan nuevo que digamos, podemos ir sacando algunas deducciones y posibles intenciones, en especial por la permanente intervención del asesor presidencial que en realidad no le está dando el lustre y honor a la figura presidencial detentada por –incluso- la esposa del mismo, la señora de Zelaya. Lo bueno que podemos decir y con eso empezamos, es la esperanza que se da al pueblo en especial durante tanta calamidad climática que se ensaña contra el país como si estuviese pagando una deuda ancestral o del karma, como dicen algunos que les entran a esos temas.

La cuestión es que, aparentemente, ya se le va a poner mano a lo de los canales de protección ante las inundaciones en el Valle de Sula haciéndose ya las obligadas reuniones preparatorias para comenzar en serio y que esperamos que llegue al inicio de la construcción con su consecuente terminación de las represas que habrán de proteger al valle que más aporta al Producto Interno Bruto de Honduras y que por razones de politiquería estúpida no se inician estas obras por el simple capricho de que “no lo inaugure el partido rival”. De lograrse eso, si se sigue gobernando de esa manera, el actual partido político podría ir pensando en ganar las nuevas elecciones pero sin cuartas urnas, ni configuración de la Corte Suprema de Justicia, ni de la manipulación del Congreso Nacional y mucho menos de las Fuerzas Armadas que ya han demostrado su alto nivel de patriotismo en los hechos de 2009 que bien se pudieron quedar en el poder pero prefirieron no cometer ese error y se sometieron al debido proceso que obliga la Constitución y el Estado de Derecho de aquel entonces y siempre.

Allí está la esperanza, si se gobierna con limpieza y no con la maldad que estamos observando, el partido Libre se puede convertir en algo histórico, preferido de los hondureños, que se encarga de sus verdaderas necesidades y las resuelve en vez de andar detrás de una agenda exótica que claramente se ve que viene dictada desde afuera de nuestras fronteras. Simplemente el pueblo les daría la bendición a sus candidatos cada cuatro años sin duda alguna si juegan limpio.

Se requiere de tener los pantalones –en nuestro caso, las faldas- bien puestos de parte de nuestros gobernantes porque es muy fácil criticar, allá a esos niveles se dan cuenta seguramente de cosas que les impide desarrollar sus planes y que nadie se podría imaginar, eso lo podemos suponer cuando a veces se emiten leyes que, por demás, aunque sean apegadas a derecho son injustas. Por ello se debe revisar las escalas de las políticas fiscales, crear mejores condiciones de competitividad para atraer las inversiones y generar empleo y sobre todo hacer al campo más productivo y seguro de delincuentes, con financiamientos sui generis y con un mercado seguro para los excedentes.

Inquieta pues que se diga que no haya dinero para resolver los pedidos de los hermanos de tierra adentro pero que se insista en la constituyente, eso llama poderosamente la atención. Es preocupante porque ahí sí, se acabó Honduras.

EditorialEsperanza y recelo

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