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viernes, mayo 3, 2024

El arte de ver oportunidades

Esa chispa que le brilla en los ojos a uno cuando detecta algo que será provechoso. ¡Hay algo que nos energiza! Cuando nos dan un nuevo trabajo, o nos promueven o bien, nos aceptan en algún lugar que deseamos. ¡La oportunidad!

Todos en la vida tenemos oportunidades. Algunas las tomamos, otras las desechamos. Pero para todos hay. Es cuestión de tiempo y estar con los ojos bien abiertos. Si usted lo mira así, seguramente va a encontrar muchas oportunidades.

¿Pero qué hay… si no aparecen? Es este el punto que despierta mi admiración. Aquellos que en todo ven oportunidades. Muchos de ellos dejándonos sorprendidos, cuando vemos la ganancia que obtienen, de algo que ni por cerca se nos ocurrió.

Estas son personas que, sin importar el envoltorio que les toque, siempre descubren oportunidades en ello. ¿Cómo es posible?

Es una actitud. Casi como una programación mental. La actitud no es otra cosa que la respuesta que tenemos frente a los acontecimientos que nos rodean. Hay quienes, si esos acontecimientos no son buenos, se derrumban. Otros, se hacen locos y jamás los atienden. Y hay quienes van de manera frontal a resolverlos y buscar que buena oportunidad se saca de ello.

Es casi un arte. Es como, que la voz interna nuestra nos dijese “vas a sacar algo bueno de esto”, ¡aunque no veamos por dónde! Muchas veces, es tan solo el aprendizaje. En otras ocasiones sí logramos abrir puertas que, si no afrontáramos esa situación, jamás la descubriríamos.

Me explico: Hace un tiempo me enseñaron que “las conversaciones difíciles” no son malas. ¡Pero evitamos los conflictos a toda costa! Y resulta que, si lo sabemos manejar, podemos crear un vínculo único y seguro con la persona que vamos a hablar.

He tenido oportunidades de tener conversaciones así con personas que han cambiado mi perspectiva. O bien que uno aprende a conocerles un lado que jamás imaginó. La otra persona lo conoce a uno también y puede surgir de allí una relación sana, una amistad valiosa, todo de una plática difícil que supimos manejar.

En nuestras labores también lo es. Un cliente que se queja es una oportunidad de mejora en puntos que ni siquiera sabemos. Una relación desgastada es una oportunidad de dar un nuevo aire a lo que tenemos.

¿Cómo hacen estas personas, que manejan este arte? Jamás son víctimas. Y deciden no serlo. Siempre deciden poner todo su esfuerzo en sacar lo mejor de lo que ocurra. Ahora bien, eso no pasa así porque sí.

Se necesita un espíritu fortalecido. Y una convicción de que puede sacar algo positivo de ello. Es algo que se trabaja y se invierte uno mismo para darle vuelta a la situación.

La gente así es invencible. En mi caso particular, la pandemia golpeó mi negocio, pero decidimos sacar una nueva agencia de ello. Y nos reinventamos. ¡Como muchos negocios!

Decidimos sacar lo mejor de esa situación. Evaluamos los posibles panoramas. Invertimos tiempo y esfuerzo para ello. Pero decidimos que aquello que estábamos pasando no acabaría con nosotros.

En la medida que usted suma experiencias de este tipo, va desarrollando una convicción en su ser interior, que aprende a ver oportunidades en todo. ¡En todo!
Ocurran cosas buenas, malas. Abrazando cambios. Aprendiendo a crecer con la adversidad. Las personas que aprenden a pensar de esa manera, cuando ven un problema, se preguntan ¿qué oportunidad encuentro aquí?, y la desarrollan.

Evite la queja. La murmuración. El chisme. Crezca y fortalezca su ser interior y aprenda a ver oportunidades. ¿Sabe que dirá la gente al ver sus resultados? ¡Que es un suertudo!

Por Enrique Zaldívar
2050 Comunicaciones

Enrique Zaldivar
Enrique Zaldivar
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